Heraldo-Diario de Soria

LANGA DE DUERO

La costurera de uniformes militares cumple cien años

Josefa Izquierdo celebra su centenario rodeada de sus hijos, nietos y biznietos. A pesar de su edad goza de buena salud y  sigue estando activa. 

Josefa Izquierdo rodeada de sus familiares con motivo de su cien cumpleaños.-HDS

Josefa Izquierdo rodeada de sus familiares con motivo de su cien cumpleaños.-HDS

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Soria

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Langa de Duero celebra el centenario de Josefa Izquierdo Santos, rodeada de sus 5 hijos, cuatro nietos y dos biznietos. Nació en Montellano (Sevilla) el 23 de enero de 1922, pero con siete años se desplazó a vivir a Valdanzo con sus padres y desde entonces su vida familiar y laboral ha estado ligada a la provincia soriana. 

Josefa Izquierdo Santos vivió los difíciles años de la guerra y la posguerra. Era muy joven, pero bajo el paraguas de la Sección Femenina, ya cosía uniformes para los militares. Al tiempo que ayudaba en casa dándose buenas caminatas para segar hierba, meterla en sacos y transportarla en la cabeza para alimentar a las vacas que tenían sus padres. Hacía adobes, ayudaba a su padre a levantar paredes, tejados o lo que tocara en cada momento.

A los 25 años contrajo matrimonio con Lucio Andrés Peña, un jornalero del campo. Pronto llegaron los hijos. Tuvieron 7, dos gemelos que murieron con 11 meses, algo que no ha podido olvidar a pesar de haber transcurrido más de 70 años. Reconoce que pasaron muchas estrecheces e incluso hambre, motivo por el que su marido se hizo pastor, para tener una paguilla a fin de mes y que sus hijos comieran.

En 1967 cambiaron el domicilio de Valdanzo a Langa de Duero, donde la familia se estableció durante ocho años y posteriormente, por razones laborales igual que lo hicieron sus padres, tuvo que salir de Soria con parte de la familia,  para instalarse en  Alfaro (La Rioja), donde permaneció otros diez años. Desde hace 37 años vive en Langa de Duero al cuidado de sus hijos, reside un mes con cada uno, desde que hace 10 años muriera su marido. 

Sigue siendo muy activa y a pesar de su elevada edad goza de buena salud por eso pregunta: “¿ Y yo qué hago, no vais a estar vosotros trabajando y yo mirando?”.  Los que la quieren aseguran que es cariñosa y de trato fácil y pasa los ratos, dedicada a la lectura, al rezo y también a la costura y al ganchillo, aunque dice que esto último le cansa.

 

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