Heraldo-Diario de Soria

AGRICULTURA

El agua que da de comer a Almazán

El Canal de Almazán conmemora su 50 aniversario regando 5.000 hectáreas de un vergel con patatas, cebollas, zanahorias, remolacha, espinacas, judías, guisantes, trigo...

<p>Las viejas tajaderas y una red capilar de cemento y hormigón dio paso a <strong>un sistema de bombas de agua, válvulas y llaves de cierre.</strong></p>

<p>Se le llamó <strong>modernización del Canal de Almazán</strong> y riega más y mejor 5.000 hectáreas en la margen izquierda del Duero. Un vergel.</p>

<p>FOTÓGRAFO: MARIO TEJEDOR</p>

Las viejas tajaderas y una red capilar de cemento y hormigón dio paso a un sistema de bombas de agua, válvulas y llaves de cierre.

Se le llamó modernización del Canal de Almazán y riega más y mejor 5.000 hectáreas en la margen izquierda del Duero. Un vergel.

FOTÓGRAFO: MARIO TEJEDOR

Publicado por
P. PÉREZ SOLER
Soria

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  • Fuente de ingresos

  • Responsabilidad y gestión

  • En el azud de Almarail

  • De la vieja tajadera a la válvula

  • Medio siglo regando Almazán y comarca. Medio siglo siendo el pilar de la agricultura de regadío en la zona, de las más de 5.000 hectáreas a las que abastece. El Canal de Almazán cumple 50 años desde su puesta en servicio en 1973 y lo hace en un buen momento: la modernización de esta importante infraestructura hidráulica, con una inversión de 50 millones de euros, supuso una garantía de presente y de futuro. Patatas, cebollas, zanahorias, remolacha, guisantes... También el agua da de comer a Almazán.

    De la inicial distribución de agua por los 60 kilómetros del canal y una red capilar de cemento que la repartía hasta la última parcela -según la tajadera estuviera arriba o abajo- apenas queda nada. En operatividad, el entramado de acequias por las que antes bebían los campos ha pasado a mejor vida, en esta margen izquierda de la zona alta del Duero. El agua ya no se distribuye a cielo abierto, sino a través de tuberías, y ya no llega hasta el kilómetro 60 sino hasta el 42.

    En el transcurso de esos kilómetros, hay tres estacionamientos con bombas de agua. Una muy pequeña que riega unas 150 hectáreas en Valdespina -al comienzo del canal-. Una segunda central de bombas se sitúa en Almazán y riega unas 2.400 hectáreas aproximadamente. Y una tercera en Barca, que abastece al resto, otras 2.400. entre todo, 5.000 aproximadamente.

    A diferencia de su padre, Sergio Muñoz ya no tiene que levantarse de madrugada porque le tocaba el turno del agua. Sigue trabajando muchas horas, “de sol a sol porque hace falta y es nuestro trabajo”, pero el rendimiento por hectárea supera con creces al de tiempos no tan lejanos. El presidente de la Comunidad de Regantes de Almazán es la tercera generación de su familia en el campo. Natural de Rebollo de Duero tiene 45 años y lleva casi la mitad de su vida como agricultor.

    Fuente de ingresos

    “Los regadíos hoy son una fuente de ingresos mucho mayor que el secano, de cara a toda la comarca. Nos gustaría que fuese mayor. Si el valor añadido pudiera obtenerse aquí...”, apunta Sergio Muñoz, aludiendo a la creación de empresas de transformación. “Hay cultivos que son difíciles de transformar comercialmente, como la remolacha, pero no ocurre así con la patata, la cebolla o la zanahoria”, añade.

    Todo ello se cultiva en la zona. Dependiendo del año, priman unos u otros. Junto con los que cita, los más extendidos son espinacas y remolacha, dentro de los específicamente de regadío que se intercalan con otros como trigo, cebada y cereal, así como judía verde, alfalfa, garbanzo, guisante, lechuga, grelo.. La remolacha está en auge. En la temporada pasada en el área de afección del Canal de Almazán se sembraron 100 hectáreas; en la actual, 175. Y también más patata, que ha pasado de 160 a 170 hectáreas.

    Creada en 1982, la Comunidad de Regantes del Canal administra los intereses de propietarios y agricultores de tierras por las que discurre el Canal de Almazán, a lo largo de las siguientes localidades: Almarail, Valdespina, Viana, Baiel, La Milana, Almazán, Villalba, Coscurita, Bordejé, La Miñosa, Almántiga, Covarrubias, Barca, Ciadueña, Velamazán, Rebollo de Duero y Fuente-Tovar. La superficie de las tierras que cultivan va de las 10 hectáreas de algunos agricultores a las 150 de otros, como es el caso de Muñoz, que lleva la explotación con su tío.

    Responsabilidad y gestión

    Unos 120 agricultores forman parte de esta comunidad de regantes, que pertenece a la Junta de Explotación del Alto Duero, con dos vocales que la representan. Esta misma semana han participado en unas jornadas en torno a la sequía a instancias de la CHD.

    Responsabilidad y gestión son las dos palabras que expone la comunidad de regantes en torno al uso del agua, en un momento delicado para el campo en general, y el de Soria en particular, que ha pedido la declaración de Zona de Alta afección por sequía.

    “Somos los primeros interesados en que haya agua para todos y que no se malgaste. Aquí podríamos consumir toda la dotación que tenemos, pero no lo hacemos y en previsión guardamos parte para la siguiente temporada”, sostiene el presidente.

    Sergio Muñoz destaca la importancia del regadío en Almazán, “no solo a pequeña escala, porque al final si esto crece, todo crece. La comarca, Soria... Es algo que da también estabilidad a la población”.

    El Canal de Almazán se puso en servicio en 1973. Declarado de Interés Nacional, la obra, promovida por el Estado, está ligada a la construcción del embalse Cuerda del Pozo, en 1941. “En paralelo se planificaron zonas regables con el agua que regula el embalse, como este caso, y como ocurre con el canal del Campillo de Buitrago o el de Ines y Olmillos. No es el caso del Canal de Eza, que se construye previamente a Cuerda del Pozo, y no por el Estado”, explica el jefe de Agricultura de la Junta, José Manuel Ruiz.

    En el azud de Almarail

    El canal arranca en el azud de Almarail y tiene un primer tramo de 10 kilómetros, de unos 14.000 litros por segundo, hasta un punto donde hay una minicentral eléctrica que devuelve al río unos 9.000 litros. “El resto, 5.000 litros por segundo, es con lo que se diseña el riego de esas 5.000 hectáreas, en números redondos”.

    El tramo hidroeléctrico lo constituyen exactamente 10,3 kilómetros del total de los 60,2 kilómetros del canal, según cifras de la Confederación Hidrográfica del Duero, CHD. La construcción es de revestimiento de hormigón y tiene las siguientes características técnicas: una sección de 56,1 kilómetros trapecial; 3,6 kilómetros rectangular y 0,5 entubado. En la capacidad de cabecera figuran 14 metros cúbicos por segundo en el tramo hidroeléctrico y 54, metros cúbicos en el de riegos.

    El canal conduce el agua a cielo abierto, a lámina libre, y hasta el kilómetro 60, a través de distintas acequias. El agua se distribuía por los distintos sitios donde se regaba y luego había más pequeñas, una red capilar, cada vez de menor tamaño, que repartía el agua, siempre en gravedad y a cielo abierto, para regar por inundación y con una dotación muy grande, de 5.000 litros por segundo.

    El transporte del agua sigue siendo por el mismo canal, pero a partir del kilómetro 42 ya no tiene utilidad. La modernización consiste en que a partir de estas estaciones de bombeo el agua se conduce ya en tubería y a presión. “Ya no hay acequias por el campo llevando agua para regar, sino una red de tuberías enterradas bastante grande y unas estaciones de bombeo con bastante potencia eléctrica para llevar el agua hasta las parcelas”.

    De la vieja tajadera a la válvula

    Las estaciones de bombeo se encuentran junto a pequeñas balsas, de unos 70.000 metros cúbicos de capacidad, que se llenan con el canal. “No están siempre en funcionamiento, pero el canal va rellenando esas balsas de espera, de forma que las bombas siempre puedan tener agua para poder bombear”, explica José Manuel Ruiz. En función de horarios eléctricos y de riego, las bombas impulsan el agua como en una red de tuberías. Como si tratara de un grifo de casa, solo que se sirve a las parcelas de cada zona”. Estos horarios son importantes. De hecho, es el primer aviso siempre visible en la web de la Comunidad de Regantes del Canal.

    Así, la vieja tajadera dio paso a las válvulas y unas llaves de cierre que permiten el paso del agua y la antigua inundación versó a un sistema de riego por aspersión, o por pivot, o por cañón, o por goteo... “Los consumos de agua ahora se miden y se facturan y las perdidas de la red no son tales. Antes sí. Los caudales objetivamente consumidos son mucho menores”, asevera el jefe de Agricultura de la Junta.

     

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