Centenario
Irene Berzosa regresa a Barcebal para soplar las 100 velas
Nacida en Cantalucia, reside junto a su hijo en El Burgo de Osma pero mantiene el apego al pueblo en el que ha pasado buena parte de su vida
Celebración del centenario de Irene Berzosa Manzano.
Este sábado se celebra el gran día de Irene Berzosa Manzano, quien puede soplar las 100 velas con todas las de la ley. Se cumple el centenario de su nacimiento en la localidad de Cantalucia aunque Barcebal ha sido su hogar durante mucho tiempo.
Y allí ha sido donde se ha realizado una celebración por todo lo alto. La Diputación Provincial de Soria, con la representación del diputado Daniel García Martínez, y el ayuntamiento de la villa, han homenajeado a Irene haciendo entrega de la placa que conmemora su la fecha de nacimiento en el año 1923.
Daniel García entrega la placa a Irene Berzosa.
Familiares, vecinos y amigos se han acercado a la plaza mayor de la localidad para agradecer a Irene todo lo que aporta con su simpatía y poder celebrar de su mano este día tan especial.
Irene nació en Cantalucia, Soria, el 20 de octubre de 1923. Hija de Benito e Isidora, estuvo viviendo en Cantalucia hasta que se casó en Barcebal con Timoteo García Arribas, tuvo dos hijos Antonio y Carmelo.
Se quedó viuda muy pronto y estuvo en Barcebal trabajando en la agricultura y ganadería de su pueblo. Los hijos se fueron a Valencia los dos a trabajar y se quedó sola en el pueblo de Barcebal.
En el año 1994, se le murió el hijo mayor Antonio y pasados dos años, Carmelo se vino al pueblo para estar con ella y se puso a trabajar en El Burgo de Osma, en Huf España.
Carmelo se compró un piso en El Burgo de Osma, y el 25 de enero de 2005 se bajaron a vivir los dos al piso, donde viven los dos Carmelo e Irene.
Una vida llena de esfuerzo y dedicación por seguir adelante. Adjetivos que siguen describiendo hoy en día la vida de Irene, demostrando, con una sonrisa, que con trabajo, cariño y confianza se puede conseguir todo.
Este sábado en su pueblo de referencia, Barcebal, en buena compañía y con un gran motivo, le quieren felicitar y homenajear en su 100 cumpleaños, por su alegría, amabilidad y dedicación a lo largo de toda su vida a su familia, vecindad y amistades. Cien años cargados de vida y grandes recuerdos en la plaza a ritmo de brisca o guiñote en función de si eran seis o cuatro las vecinas y amigas que se juntaban.