«Soria alberga muchos restos islámicos muy antiguos»

En ocasiones, el amante del patrimonio y la historia hace la maleta para recorrer cientos de kilómetros con la idea de encontrar restos andalusís, sin saber, a veces, que la provincia de Soria alberga, proporcionalmente, más restos islámicos que «ningún otro sitio», según explicó el historiador y arqueólogo Manuel Retuerce Velasco, que fue el encargado de clausurar las jornadas arqueológicas que ha desarrollado la asociación Amigos del Museo Numantino.

Retuerce reconoce que en la provincia existen «muchos restos islámicos y muy antiguos», y pone como ejemplo la fortaleza califal de Gormaz en cuyas últimas excavaciones estuvo trabajando. «Gormaz está muy abandonado y hay mucha ruina», lamenta, explicando que no solo no hay vigilante, sino que hay muchos escombros y falta cartelería. «Es un sitio que merecería buenas explicaciones», añade, y considera que «es una pena que una fortaleza única en Europa esté en ese estado».

Para el arqueólogo algunas de las intervenciones que se han realizado son parches y señala que incluso el acceso a determinadas zonas no es adecuado, puesto que «la zona del alcázar está llena de escombros» y para poder entrar hay que pisar estos restos, que aunque están consolidados, no dejan de ser una molestia.

La solución no pasaría por cerrar la fortaleza al público, porque «el peligro no es la gente, tampoco el vandalismo», añade, explicando que lo importante es que «la gente entienda y que haya explicaciones en distintos puntos», por eso considera importante que pueda haber alguien que explique la fortaleza, que se dote de paneles y que se mejore el acceso, señalando que hay peligros como la zona de observación de las estelas, donde existen unos escalones muy peligrosos.

Pero Gormaz, esa maravillosa edificación islámica que domina la frontera de aquella incipiente Castilla medieval, sigue guardando entre sus muros y sus escombros secretos e historias que explican el pasado y que en los últimos trabajos de excavaciones, en los que participó Retuerce Velasco, siguiendo el Plan director, se encontraron «algunas novedades interesantes para el conocimiento de la secuencia estratigráfica del yacimiento» y que han permitido publicar un ensayo sobre el mismo.

Entre estos hitos se ha logrado descubrir que «el basamento de mampostería del lienzo norte de la fortaleza emiral, que precede desde un punto de vista estratigráfico al actualmente visible, es de cronología califal», lo que significa que existía toda una muralla andalusí que rodeaba toda la fortaleza. Toda una línea de cierra realizada en tapial de tierra que, años más tarde, en algunos lugares se sustituye por piedra, como es el caso de la zona de la alcázar, que es califal, y en el resto se le adosa una muralla de piedra que completa la imagen que tenemos actualmente de Gormaz.

Pero, como explica este arqueólogo, quien pone en relación este tipo de sistemas defensivos islámicos realizados en tierra con otros en la provincia, como en San Esteban de Gormaz, también se descubrió que existía una compleja sucesión de estructuras de mampostería que contribuyeron, entre los siglos X y XIV, a configurar el cuerpo de fábrica de la torre interior asociada a la torre 08 del recinto y que existe un nivel de uso de adscripción andalusí localizado inmediatamente al sur del lienzo emiral.

Además, la fachada oriental de un edificio de grandes proporciones, de naturaleza defensiva, se añadió en el siglo XIV en el sector central de la fortaleza, a intramuros del recinto islámico precedente, a modo de atajo o sectorización de este último, aunque posteriormente se arrojaron vertidos de residuos domésticos, que generó una especie de basurero intramuros datado en el mismo siglo, entre otros hallazgos.

El equipo liderado por Retuerce ha podido concluir que, a juzgar por sus respectivos aparejos y teniendo en cuenta el contexto histórico del yacimiento, «la muralla previa de tapial de tierra sobre base de mampostería puede ser atribuida al periodo emiral, en tanto que la posterior de mampostería y sillarejo debió de ser levantada ya en época califal, muy probablemente durante la reestructuración realizada en la fortaleza hacia el año 965 por el general Galib, en tiempos de al-Hakan II», como se recoge en su estudio.