Heraldo-Diario de Soria

Atauta. Homenaje al vino y las bodegas en un sugestivo Belén

Un nacimiento ambientado en la tradición vitivinícola reconoce “la esencia” del pueblo, con numerosos detalles en las maquetas elaboradas por Jesús Rincón

Belén de Atauta inspirado en las bodegas tradicionales y el vino.

Belén de Atauta inspirado en las bodegas tradicionales y el vino.HDS

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Soria

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Su tradición vitivinícola; sus bodegas, conjunto BIC en la categoría de conjunto etnográfico; y sus vinos, que año tras año se llevan primeros puestos en reconocimientos mundiales. Hablamos de Atauta y del belén realizado por Jesús Rincón Atienza, hijo del pueblo, en homenaje a todo lo anterior. El bar del pueblo acoge este atractivo nacimiento artesano, elaborado con mimo y muchos detalles, “en reconocimiento al vino y nuestras bodegas, a nuestra esencia”, dice el autor.

Así, lo que menos se mira en este fascinante belén son las figuras de rigor -María, José y el Niño-, que también. Los ojos se van a las ocho maquetas de bodegas que hay, los lagares (uno semihundido, precisamente el que acoge el nacimiento), una lagareta, el casillo, la cuesta de Atauta, las viñas… A esas vides hechas -increíblemente- con alambre y papel de cocina y algo de cola de pegar. O esas tejas colocadas una a una, de papel y no de barro, miniaturas que parecen de verdad.

El resultado convence al autor, pero no es, sin embargo, la parte que prefiere. “Cuando mejor que lo paso es en el proceso hasta que encuentro la forma de hacerlo; en el averiguar cómo”, cuenta Jesús confesando algunos secretos: la forma de las tejas se consigue con un lapicero y las piedras son en realidad corcho. La maqueta más grande que hay es un lagar que formó parte de una exposición sobre las bodegas y la tradición vinícola en Atauta, promovida por la Diputación.

Es una labor minuciosa, tranquila, de ratos libres… “Lleva su tiempo, no te puedo decir”, responde Jesús cuando se le pregunta por las horas invertidas en la tarea. “Una maqueta puede costar cuatro meses, pero hay semanas en que no hago nada y días que dos horas”, concreta. Más fácil le resulta hablar de los materiales que emplea, la mayoría de ellos reciclados. Corcho, maderitas, alambre, cartulina, arena, hierba, papel de cocina, cola de pegar y poco más. Hay que añadir el arte del autor, empleado público en el área de la gestión de residuos, residente en La Rioja, pero fijo los fines de semana en Atauta. Al igual que en otros de Soria, en este pueblo del municipio de San Esteban, en plena Ribera del Duero, ‘son los que son’ y también quienes regresan a partir del viernes y hasta el domingo y en los puentes festivos.

El conjunto muestra lagares, uno de ellos con la prensa, el husillo y cubas, todo en funcionamiento; viñas; cestos, la barbacana y la cuesta que conduce a las tierras de labor, entre otros elementos, creados con material reciclado por Jesús.

Éste es el cuarto año que se pone el nacimiento, en el que se han incorporado algunos elementos: la mitad de las bodegas son nuevas, un par de viñas, así como la reproducción de una pequeña fuente. Este sugestivo nacimiento incluye además algo casi tan característico como las bodegas: “la cuesta de Atauta”. No hay otra igual, reconocible y difícil de olvidar si se ha pasado por ella -especialmente de subida-, además de paso para bajar a las bodegas. Su instalación duró entre cuatro y cinco horas y el autor contó con la ayuda de su hija.

Ideas no le faltan al promotor del nacimiento a la hora de seguir haciendo grande el homenaje a su pueblo. “Hay que poner ovejas, que son muy de aquí y han tenido y tienen importancia en el pueblo”, comenta Jesús, apuntando al depósito del agua, al palomar y al conjunto de la matanza como otras piezas que añadir al nacimiento en futuras ediciones. En estos momentos, Jesús está haciendo un carro antiguo para llevar cubas.

Este peculiar nacimiento tiene algo que no se muestra a simple vista: el deseo de que los vecinos vayan al bar y socialicen, apunta Jesús. También los visitantes. “Alguna persona me ha comentado que por qué no incluirlo en la ruta de belenes que ha promovido la Diputación, pero ésa no es mi pretensión. Además, ¿quién se encargaría de abrir el bar entre semana?”, agrega.

La afición por las maquetas le viene de lejos y su inclinación a montar el belén está más arraigada aún en el tiempo. “Me viene de pequeño. Llevo poniendo belén mucho tiempo. Nos lo inculcó mi padre (Pedro, ya fallecido) a todos los hermanos. Él es el culpable de este nacimiento”, concluye.

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