El Círculo Católico de El Burgo se disuelve. Adiós 64 años después a la semilla de Caja Rural

La sociedad cooperativa del Campo del Círculo Católico de El Burgo de Osma se disuelve tras más de 60 años de historia desde que Román Miguel y Manuel de Juan la fundaran, con la ayuda del Obispado de Osma-Soria «para ayudar y fomentar la comarca», como explica uno de sus socios y liquidador de la misma, José María Miguel. Román Miguel fue el secretario que trabajó en la fusión de los Ayuntamientos de El Burgo y Osma, y, tal y como explica su hijo, dedicó su tiempo y su dinero a este proyecto, por el afán de ayudar.

La cooperativa burgense nació en 1960 con un presupuesto de 150.000 pesetas en base al cheque que entregó el propio Obispado apostando por la ayuda al sector primario «ayudando al campo», pero también con otras aportaciones, como la creación de las viviendas sociales de la zona de El Carmen en la villa episcopal.

En el inicio de los años 60 se comenzaban a llevar a cabo las concentraciones parcelarias y era habitual que los agricultores pudieran contar con más hectáreas de campo para trabajar, llegando también la mecanización de los trabajos pasando de animales a maquinaria agrícola. De hecho la primera compra que realizó la cooperativa fue una deshidratadora de alfalfa, que estuvo en funcionamiento durante años para recoger toda la alfalfa de la vega del Ucero.

La cooperativa invirtió en maquinaria y así también adquirió remolques y tractores. Y hasta los años 1974-75, que llegó la crisis energética y dejó de ser rentable, estuvo funcionando esta deshidratadora. Desde su fundación, la cooperativa también contaba con tractoristas, cuyo trabajo, así como los tractores, se alquilaba a los agricultores de la zona y de la propia cooperativa para llevar a cabo el trabajo, sin tener que contar con maquinaria ni personal propio. En los inicios, además de Miguel y de Juan y de otros emprendedores, se contó también con Adolfo León como administrativo para gestionar todo este trabajo y se instaló una oficina junto al antiguo cine Palafox, en unas instalaciones que se vendieron hace años.

Pero este cooperativa fue también el germen de la Caja Rural que se fundó en la localidad burgense bajo el nombre de Caja Rural de El Burgo de Osma, que posteriormente pasó a ser de Soria.

Con el paso de los años, la llegada de la PAC tras la inclusión en la UE y las subvenciones para la modernización del campo, la cooperativa comenzó a tener cada vez menos trabajo y fue disminuyendo su actividad, aunque mantenía su labor social. Cuando en 2012 fallece Román Miguel Frías, que fue el último secretario de Osma, después de haber desempeñado su trabajo en los Ayuntamientos de Berzosa o Villálvaro, su hijo José María, que acababa de jubilarse, se reunión con la cooperativa, de la que ya apenas quedaba seis socios, el administrador y la viuda de uno de los tractoristas. Tras varias reuniones, la cooperativa apostó por disolverse, porque ya no tenía trabajo y eligieron a José María para que se encargara de vender el solar de la antigua nave de los tractores, algo que se pudo hace un par de años, y llevar a cabo las tareas de disolución.

Miguel asumió este reto «en memoria de mi padre» y contactó con especialistas en temas administrativos y legales para que se llevara a cabo la liquidación, que se formalizaron el pasado mes de diciembre, tras el acuerdo de la asamblea general de 2021.

La cooperativa, que llegó a tener 27 socios, cuenta actualmente con un patrimonio superior a los 100.000 euros y, antes de la liquidación, se está dando a conocer que cesará su actividad, para que «si a alguien se le debe algo» que lo pueda reclamar, antes de la liquidación y de que el patrimonio que tenía esta sociedad vaya a parar al fondo de cooperativas de la Junta de Castilla y León. Para ello se ha dado el plazo de un mes para poder acudir a la oficina de Caja Rural en El Burgo de Osma en horario matutino y depositar la documentación que acredite las aportaciones voluntarias u obligatorias de las cuotas, para su reintegro.