Relojes históricos en Soria. Cinco poblaciones donde visitarlos

Los relojes públicos han presidido (y lo lo siguen haciendo) plazas, calles, torres y fachadas de edificios a lo largo de los siglos en los pueblos de Soria cumpliendo con una importante labor social, la de dar la hora, y que  Antonio Machado recogió bien en sus versos de la obra 'Campos de Castilla': “La campana de la Audiencia da la una”, escribía el poeta. 

Los más antiguos datan del siglo XV. A partir de entonces  la instalación de los relojes en iglesias, ayuntamientos o edificios destacados ha sido una práctica habitual en numerosas localidades que ha dejado un importante legado en la provincia. 

Algunos de ellos se conservan y se han ido mejorando, pero muchos otros están desmontados y guardados. En el peor de los casos, cayeron en manos de chatarreros.

Desde el tañido de las campanas en las iglesias hasta la actualidad, la relojería pública soriana ha ido evolucionando a lo largo de los siglos. 

El cronista de Almazán, José Ángel Márquez, ha estudiado estos relojes monumentales de los que ofrece una cifra aproximada, 200, aunque señala que resultaría interesante elaborar un censo, como así recoge el experto en un artículo de la 'Revista de Soria'.

Los antiguos eran de dos tipos: los elaborados en forma de jaula de pájaro y los cuadrangulares, mientras que los más modernos adoptaron una forma de armadura llamada cuna.

De los tres, el estudioso apunta que los de armadura cuadrangular fueron los más antiguos y funcionaron en los siglos XVII y XVIII, y además permanecieron en el tiempo, mientras que el reloj jaula comenzó a instalarse a finales del siglo XVIII y los de cuna fueron más habituales a finales del siglo XIX.

Estos son cinco localidades sorianas con relojes históricos dignos de mención.

1. Almazán. En el año 1499 había un reloj público en el campanario de la iglesia de San Miguel que se trasladó a la de San Pedro. En 1792 se trasladó a una torre sobre la puerta de la Villa que se sustituyó por uno nuevo en 1886 que es el actual. También existió otro reloj público situado en la finca Vistalegre, que fue una residencia de ingenieros del ferrocarril.

2. Soria. La ciudad ha tenido varios y numerosos relojes, pero el más antiguo de los conocidos es el que había en la torre en la iglesia de San Gil, cerca de la plaza Mayor. Hacia 1860 se renovó y en la década de los 80 del siglo pasado pasado, con motivo de las obras de la antigua Audiencia, no se volvió a colocar el reloj mecánico y se sustituyó por uno electrónico. Hubo otro en la Puerta del Postigo de la muralla que estuvo en uso hasta la segunda mitad del siglo XIX.

3. Medinaceli. En el año 1698 la torre de la colegiata ya tenía en su estructura el lugar donde se iba colocar el reloj. Fue uno de los más curiosos de la provincia, de gran tamaño y con estructura de jaula, de tres carretes con un mecanismo de luna. Era una bola que giraba al compás de las fases lunares. La maquinaria está desmontada y en su lugar se instaló uno mecánico. Hace unos años se planteó un proyecto para su restauración.

4. El Burgo de Osma. Al ser sede episcopal hizo que tuviese reloj en época temprana. El primero conocido estuvo en la catedral en la  mitad del siglo XVI. La antigua Universidad Santa Catalina tuvo un reloj que se traslado al antiguo colegio de Jesuitas en Soria (hoy Instituto Antonio Machado). El Ayuntamiento instaló un reloj en la fachada de la Casa Consistorial en 1886 que está en funcionamiento y ha sido la imagen de uno de los cupones del sorteo de la ONCE en 2021.

5. Morón de Almazán. La torre de la iglesia parroquial contó con un reloj en el año 1540. En 1881 se instaló uno en el Ayuntamiento de armadura de cuna que fue sustituido por uno electrónico.