Heraldo-Diario de Soria

QUINTA ESQUINA / ÓSCAR JIMÉNEZ MORALES

«El velo que tendríamos que quitarnos todos hoy quizá sea el de la hipocresía»

Activista cofrade de la Soledad, envió un salvoconducto watshapp en forma de vela, que alzó el paso en el confinamiento en la procesión del Silencio. Dice el hermano mayor que el enclaustramiento ha dejado tiempo para la reflexión, que Semanas Santas hay muchas y vida, sólo una. En una y otra toca hoy quitarse el velo.

Oscar Jiménez Morales.-HDS

Oscar Jiménez Morales.-HDS

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P. P. S.
Soria

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Pregunta.– Especial donde las haya esta Semana Santa.

Respuesta.– Especial… Cuando estamos acostumbrados a suspender algunas veces por el tiempo, esta vez nos ha tocado improvisar… sobre todo por la situación sanitaria que estamos viviendo, más allá de lo que es Semana Santa.

P.– ¿En qué ha cambiado su vida en las últimas tres semanas?

R.– Mira, como cosa negativa, el detrimento de mis libertades, del movimiento, libertad en general. Y como cosa positiva he ganado en tiempo para mí para la reflexión. Más tiempo para mí. Con el trabajo y estas cosas, no tienes. 

P.– Una reflexión que quiera compartir.

R.– La reflexión es que Semana Santa hay muchas en la vida y vida solo hay una. Debemos cuidarnos y sobre todo ahora mismo preservar la salud y rezar, claro. Es más importantes las personas y los seres humanos, las personas que están cerca, que los bienes materiales que nos preocupan tanto.

P.– ¿Cómo ha vivido la Semana Santa virtual como cofrade y hermano mayor de la cofradía de la Soledad? 

R.– Con un sentimiento que más que tristeza es de nostalgia. Porque al final es un trabajo que llevas haciendo durante todo el año y no puedes concluir. Son días en que te juntas con mucha gente y eso también se echa bastante de menos. Es de nostalgia. 

Y luego hay otra cosa. Los cofrades seguimos mirando al cielo, aunque no vayamos a salir, pero estamos pendientes del tiempo que va a hacer. Todo el mundo con el que hablas te lo dice. ‘Pues va a llover, pues no saldría la procesión…». Es curiosísimo.

P.– ¿Cuál es su momento especial en estos días?

R.– Imagino que será esta noche (la entrevista se hace el día 9 por la tarde), o esta tarde. Un poco como responsable de la cofradía, la gente te da ánimos, compañeros de otras cofradías, por el día, el jueves, en que tenemos que salir. Y además la cantidad de gente que interactúa. Nuestra única capacidad es hacerlo a través de los medios virtuales, sociales, con la cantidad de gente que se incorpora.

P.– Dimensión emocional en la Red.

R.– Nosotros siempre hemos utilizado las redes sociales, pero es cierto que hemos tenido que esperar a esta pandemia para darnos cuenta de que es un mecanismo muy importante y de que hay cantidad de gente, no ya nuestra, sino ajena a las cofradías, que también se interesa muchísimo y está muy volcada con nosotros estos días.

P.– Oiga, ¿esto lo explica la ciencia, la historia, la fe…?

R.– La historia lo que explica es el pasado y lo que pasó, pasó. Es la ciencia lo que nos está explicando esto, la enfermedad, lo que hay ahora, lo que nos puede afectar y lo que no…. Y la fe lo que nos explica es sobre todo el futuro, la esperanza con la que se encara. Si no hay esperanza no hay futuro, con nuevos proyectos, nuevos retos a los que nos vamos a enfrentar.

P.– La sobriedad y austeridad que caracteriza a la Semana Santa soriana lleva en este momento a su máxima expresión con todo el patrimonio encerrado. 

R.– Ya… Pero la sobriedad es más de sentimiento. Nuestra Semana Santa es muy respetuosa, más seria… No es solamente por sacar las imágenes, también lo llevamos dentro. Cuando vamos a nuestras oraciones, nuestras misas, nuestros actos religiosos. No necesariamente el hecho de sacarlas o no implica más o menos sobriedad. El cofrade soriano en ese aspecto lleva la sobriedad en el interior.

P.– ¿A qué ayuda a un cofrade su fe en estos momentos?

R.– A tener esperanza sobre todo. Y a pensar en que, aunque vienen tiempos difíciles, vamos a ser capaces de salir adelante y de enfrentarnos a la nueva situación que nos viene, que nos viene una situación bastante compleja. Sobre todo es eso. La fe te ayuda a creer en la esperanza.

P.– ¿Se imagina una prohibición continua de manifestaciones, de fe y de cualquier otro tipo?

R.– No, no. No me lo imagino ni me lo quiero imaginar. Entiendo que ante esta situación había que tomar una serie de medidas y espero (remarca) que los políticos, el Gobierno, sean consecuentes y se dediquen a encontrar la solución, que para eso están, o si no, a ayudar a quienes pueden darnos esa solución. Para no tener que enfrentarnos a esa prohibición de manifestación, sean del tipo que sean, nuestras o de cualquier otro tipo. No me lo imagino.

P.– Palabras para describir lo que aporta este confinamiento, si es que aporta algo…

R.– Creo que nos ha enseñado sobre todo a volver a buscar en nuestra escala de valores, a dar importancia a muchas cosas. Y a pensar sobre nosotros mismos, en lo que hacemos, en lo que estamos, en donde estamos, para qué estamos y qué somos capaces de hacer.   

P.– ¿Y qué nos quita?

R.– El contacto físico, los besos, los abrazos, la cercanía… Eso es lo que nos ha robado. ¿Miedo? A lo largo de la historia ha habido muchas cosas. A corto plazo, quizá sí. Pero creo que los seres humanos somos capaces de sobrevivir a esto. Nos hemos sobrepuesto a lo largo de los siglos y de los siglos de pandemias, de guerras… ha tocado sufrir… Al final esto dependerá que encuentren una medicina o una vacuna.

P.– He leído que la epidemia aumenta el alcohol, el tabaco y el número de creyentes… No sé yo.

R.– Bueno, creo que eso son estadísticas de supermercado. Te lo digo en serio. Al final, la gente no bebe en los bares y consume en los supermercados. Lo que sí creo es que ha aumentado la solidaridad, la responsabilidad y la unión de lazos con gente con la que ni siquiera hablabas.

P.– Lo divino salta a las redes.

R.– Es que es el pan nuestro de cada día. Todo el tema divino también se tiene que adaptar a los nuevos tiempos. Al final la cuestión es llegar a la gente. Y hay que llegar a la gente con la palabra, desde la acción y también al interior de las casas a través de estos medios. Yo no lo veo mal. Cada vez hay más virtualidad en muchas cosas. Nos priva del contacto con la gente, de hablarlo, del tú a tú. El hecho de tener redes sociales no lo veo mal…

P.– Hoy domingo de resurrección, ¿qué velo hay que quitarse?

R.–Hay que quitarse el velo de la hipocresía. Hay mucha todavía. Ese sí que quizá tendríamos que quitarnos todos. Pecamos de eso. De muchas cosas, pero hoy de la 2 más relacionado con este tipo de situación que estamos viviendo.

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