ENTREVISTA / JOSÉ ANTONIO LUCAS SANTOLAYA
«El virus nos ha dicho que él es parte del ecosistema y que nosotros somos vulnerables»
No tuvo momentos para salir a aplaudir. Hombre de pocos tiempos muertos, o ninguno, el jefe de Medio Ambiente de la Junta cambió la mochila anti-incendios por la del cloro y la lejía para comandar al grupo de voluntarios que desinfecta residencias y centros de salud.
Pregunta.– ¿Cómo se cambia el monte por la desinfección de residencias de mayores?
Respuesta.– Nunca cambiaría el monte por la desinfección de residencias y centros de salud, pero cuando hay una emergencia así y ves que puedes ayudar, lo haces.
P.– ¿Qué le lleva al jefe de Medio Ambiente en Soria a enrolarse como voluntario?
R.–
Estoy de voluntario con un grupo de 84 personas que hacemos desinfecciones, tanto de residencias y centros de salud, como de exteriores en pueblos, en puntos susceptibles de contaminación. El motivo es ayudar. Además nosotros teníamos los medios adecuados para poder desinfectar, nuestras mochilas de incendios extintoras. Aunque luego no nos valían y nos adaptamos a la situación para utilizar otro tipo de mochilas más pulverizadoras. Hemos aprendido sobre la marcha.
P.– ¿No me dirá que se ha cogido vacaciones?
R.– No, he estado trabajando físicamente todos los días en mi puesto de trabajo y el trabajo de voluntario lo he llevado como he podido. Hay que reconocer que en ratos de trabajo pero también fuera, por las tardes y cuando buenamente he podido.
P.– Esta experiencia suya de voluntariado ¿le ha cambiado en algo?
R.– Más que cambiarme la vida, es que todos nos hemos dado cuenta de que al estar en un mundo globalizado hay ventajas y también inconvenientes. En este tipo de pandemias sentimos el miedo de lo que nos puede pasar en cualquier momento. Pero es la naturaleza y hay que adaptarse a lo que viene. El que no se adapta no sobrevive.
P– Adaptándonos también a lo que marque la esta naturaleza.
R.– Por supuesto, así ha sido durante siglos. Somos un elemento más del ecosistema y lógicamente ahora pues igual. Seguro que salimos de ésta y aprendemos sobre todo lo que hemos hecho.
P– ¿Somos nosotros el elemento más débil?
R.– Creo que no. Hay muchos elementos frágiles y no siempre permanecen en el tiempo. Dependiendo de las condiciones climáticas, de las condiciones que se dan en cada momento -en muchas de las cuales influimos el hombre, con contaminación, con emisión de gases invernadero- en cada situación hay partes del ecosistema que son más sensibles. Ha pasado en toda la historia de la humanidad y seguirá pasando.
P.– Usted es de pueblo. ¿Cuál es el déficit más grave de nuestro medio rural frente al covid?
R.– Soy de Navaleno y me siento orgulloso de ser de pueblo. Hemos visto que vivir en un pueblo tiene ventajas e inconvenientes. Yo vivo parte del año en un pueblo y parte en la ciudad porque no puedo adaptarme de otra forma, pero sé las ventajas que tiene un pueblo. La calidad de vida es mucho mejor pero faltan recursos que tenemos en las ciudades.
P.– ¿Devolveremos los ojos al monte, al pueblo?
R.– Seguramente a mucha gente sí los vuelva. Ahora que estamos saliendo de la situación, hay que ver que es más afortunada la gente que está en los pueblos, por esa menor densidad de población, por esa mayor posibilidad de esparcirse y estar en la naturaleza, disfrutar de las cosas sin aglomeraciones. Igual mucha gente sí se lo va a pensar.
P.– Oiga, ¿qué ha ganado el medio ambiente con esta situación?
R.– Te das cuenta de que ha habido un periodo de mes y medio en que los animales han tenido mayor libertad que con presencia humana. Yo sí he observado, en estos días en que hemos podido salir ya con la bicicleta, sobre todo por la noche porque no he podido hacerlo a otras horas, más animales y más variedad que otras veces y con unas formas de comportarse distintas como sorprendiéndose. El otro día un grupo de vacas en Valonsadero, pasando a unos cinco metros de ellas, se me volvieron y una de ellas corrió detrás de mí. Nunca me había pasado. Pensaron que en mes y medio están en su hábitat, lógicamente, y va alguien a incordiarles.
P.– ¿Qué de positivo le ha retornado este tiempo?
R.– Muchas cosas. Nos ha ayudado a mejorar la comunicación con la gente con otras vías no presenciales. En el trabajo hemos mejorado mucho el teletrabajo, la forma de comunicarnos con herramientas como Zoom para vídeo conferencias. Nos ha ayudado a conocer gente a fondo y muchos lugares de la provincia, hemos ido a 40 residencias. El factor positivo hay que mirarlo ahí… donde hay un factor negativo siempre hay que valorar que hay algo positivo.
P.– Decía el otro día el psiquiatra Rojas Marcos que la tragedia no nos hará mejores personas. ¿Cómo lo ve?
R.– No estoy de acuerdo. A cada uno le afecta de una manera y a mucha gente le ha sacado la solidaridad que llevamos dentro.
P.– «Deja que hablen las palabras. Tú no tienes nada que decir». (Verso). ¿Qué le ha dicho a usted el virus?
R.– Lo que me ha dicho es ‘estoy ahí, soy una parte del ecosistema y tú eres una parte igual de vulnerable que cualquier otra. Lo que decía antes. Estamos en un mundo globalizado y somos una parte más del ecosistema, nos pensamos que somos los reyes del Universo y cualquier día nos iremos de la forma que menos pensemos. Eso me ha ayudado a recapacitar el virus: hay que disfrutar de las cosas de la vida porque en cualquier momento nos iremos. Así es la vida. Sentirte como una parte más del ecosistema porque estás integrado en esta situación y tienes que ir adaptándote.
P.– Se habla de re-valorar cosas y sentimientos. ¿Repensaremos también el medio ambiente?
R.– Siempre hay que repensar el medio ambiente, por esta situación y en cualquier otra. Mi filosofía es evolucionar, no quedarme quieto, formar a mi gente. Siempre podemos hacerlo y una prueba palpable ha sido el cambio climático.
P.– ¿Podemos decir que la pandemia le ha podido venir bien al ecosistema, al medio ambiente o digo una brutalidad?
R.– Yo no diría bien o mal. Es así. La pandemia no ha venido mejor o peor, ha venido y nos va a hacer cambiar muchas cosas, rutinas diarias, trabajo… Igual que otro tipo de situaciones de plagas, situaciones climáticas, como de la propia naturaleza, os microorganismos, virus, bacterias, animales… Esto a lo largo de la historia ha ido cambiando.
P.– Hay quien dice que el cambio climático también suma en el origen. ¿Habrá tenido algo que ver?
R.– Lo desconozco. No sé a qué se ha debido la aparición del virus. Pero seguramente por varias situaciones que han coincidido. Cuando una situación se genera es porque las condiciones ambientales y del ecosistema la han favorecido más que a otras, y explota y afecta de forma más negativa al resto de seres. Esto es así y seguirá siendo así en el futuro.