ENTREVISTA / CARMEN ÁLVAREZ ARAÚZO
«No es una nueva normalidad, seguimos pensando en ir al bar y de vacaciones como antes»
Describe una realidad inadvertida para muchos, dura pero más gratificante. Porque ¿quién cree que en Soria hay personas que viven sin agua y sin luz? No era lo suyo trabajar en un banco y amplió formación (humana) para ser trabajadora social. Hoy ejerce en una ong y no trabaja con números, sino con nombres y apellidos. Vidas de aquí al lado.
Pregunta.– Si se pudiera medir, ¿cuánto mide este impacto social de la crisis a sus ojos de trabajadora social en Cáritas?
Respuesta.– Tiene un impacto mundial, es una situación global. Creo que no somos conscientes de la crisis que vendrá. Nos hemos dado cuenta de la crisis sanitaria pero no de la económica.
P.– De la económica que también es social…
R.– Creo que será mayor que la de 2008. Es una crisis económica con nombre y apellidos, social y afecta a las personas que ya eran más vulnerables.
P.–¿Qué le falta a esta nueva normalidad?
R.–
La gente no nos lo estamos tomando, me incluyo, como una nueva normalidad, sino que estamos intentando volver a la normalidad de antes. Seguimos pensando en irnos de vacaciones, volver al bar… Volver a la vida de antes. No hay una nueva normalidad.
P.–La creo, de verdad, pero no advierto fuera ningún atisbo de preocupación o inquietud social, oiga.
R.– Sí hay personas que han llamado para ofrecerse a ayudar, sí hay gente concienciada que sabe que esta situación va a traer problemas. Pero la mayoría no lo está, no está concienciada. Casi pensamos que la crisis ya ha pasado.
P.–¿Qué de injusticia social deja ya esta crisis?
R.– Injusticia social son, por ejemplo, el hecho de que muchos de los trámites que hay que hacer son telemáticos, y las personas más vulnerables no tienen internet ni teléfono. Y vienen a solicitar ayuda incluso para pedir cita a las administraciones. Ahora nada es presencial y hay más gente de la que parece que no tiene teléfono. En Soria hablo. O el caso de que no saben hacerlo.
P.– ¿Frivolizo si digo que es otra crisis más?
R.- Creo que no es otra crisis más. Aparte de todo lo que va a venir han fallecido muchas personas. Y tampoco somos conscientes de eso. No es una crisis más. Hay muchas personas que también están sufriendo emocionalmente, mucha gente sin red de apoyo, que está y se ha sentido muy sola en el confinamiento porque nadie le ha llamado. Hay personas que viven en una habitación una familia, y en la de al lado, otra familia… el confinamiento para ellos ha sido muy duro.
Existe mucha más gente así, en Soria, de la que parece. Al final, al ser una provincia pequeña se piensa que es más fácil encontrar trabajo, y que los alquileres son más bajos que en otras ciudades. Y hay mucha más demanda de alquileres que oferta. Es difícil acceder a una vivienda porque te piden nómina, fianza, que la puedas pagar… Y es más fácil alquilar una habitación.
P.–¿Me está diciendo que los pobres van a ser más pobres y que, además, habrá más pobres…?
R.– Creo que sí. Las más afectadas son personas que vivían al día y que ahora no pueden salir a la calle a buscar dinero para sobrevivir. Trabajos de limpieza en casas, ahora necesitan menos, y para cuidar a personas mayores, igual. Y estos trabajos que son los que realizan personas que están en situación irregular, ahora no hay oferta de esos trabajos.
P.– ¿Qué ha visto que parezca increíble?
R.– Yo no sabía antes de trabajar aquí que hay personas en Soria que vivían sin agua y sin luz, porque se les corta… Van a servicios públicos y se les ayuda pero hay gente que vive en viviendas que no tienen luz, ni agua, hay otras porque no la han pagado… se les puede ayudar, pero se se les reactiva el agua y la luz y ellos no hacen nada por cambiar, vuelven a la misma situación. Pensaba que nadie se iba a quedar en la calle y ha habido personas que igual por miedo no han querido tener en casa a nadie ajeno a su familia en casa. Hay personas que se han tenido que ir de su casa cuando supuestamente eso no iba a poder pasar, vamos, que es ilegal. Pero hay gente que lo ha hecho.
P.–Llegan ustedes, las ongs, donde lo público no llega. ¿Pero alcanzan a todo?
R.– No. El principio de las ongs es de subsidiaridad respecto a los servicios públicos. Y siempre trabajamos en colaboración con ellos. Si agotan la ayuda pública, entramos nosotros, y a veces en coordinación con otras ongs. Pero no se llega a todo.
P.–¿Duerme bien?
R.– Al principio muy mal. Me afectaba mucho. Siempre estás pensando en lo que te has dejado y queda por hacer, o en el caso que has tenido. Pero intento centrarme en lo que se puede hacer. Hay que intentar que no te afecte.
P.– Casos y expedientes. Nombres y apellidos.
R.– Hay que ver nombres y apellidos. Cada uno tiene su situación. Hay mucha gente que viene desesperada… por el alquiler, sí, pero también personas que no tienen para comer. Se han quedado sin cubrir sus necesidades básicas.
P.– ¿Nuevos marginados?
R.– Sí está viniendo gente que no había venido nunca, que nunca había necesitado ni pedido ayudas y no saben muy bien como funcionan. Pero también personas que ya se habían insertado laboralmente y han tenido que volver.
P.–¿Con qué comulga antes, con la caridad o con la justicia?
R.– Con la justicia. Si el objetivo es que haya justicia social, si todos tenemos todo cubierto, no haría falta la caridad.
El soriano de a pie desconoce muchas situaciones. Piensas que en una ciudad como Soria no hay tantas situaciones de vulnerabilidad como las que hay. Más que porque no quieran o les interese, es por el desconocimiento.
P.–Cada caso un nombre.
R.– A cada uno se le atiende de manera individual, se hace una entrevista y se le conoce. Siempre es una intervención personalizado. Y depende de las características de cada uno se va trabajando más rápido o más lento.
P.– Personas, intervención, crisis… ¿Hablamos también de dinero?, ¿es suficiente?
R.– Aquí, hablo de lo que conozco, siembre que hemos necesitado ayudar a alguien lo hemos hecho. Nunca hemos dejado de ayudar. No se deja de ayudar porque no haya recursos. Ayudamos a quien lo necesite. A mí nunca me ha pasado decir ‘tengo que pagar el alquiler a esta persona y no hay recursos’.
P.– Si tuviera que convencer a alguien de… ‘lo mal que está esto’, ¿qué le diría?
R.– Yo invito a todo el que esté interesado, a quien piense que puede aportar algo, a que se acerque a las ongs y se haga voluntario. La mejor forma de conocer lo que hay es estar dentro.