Heraldo-Diario de Soria

QUINTA ESQUINA / MIRIAM MARTÍNEZ MÍNGUEZ

«La caza es como una rueda en el ciclo de la vida y necesaria en el mundo rural»

MIRIAM MARTÍNEZ MÍNGUEZ. Era una cría cuando su padre la llevó a cazar por primera vez, «la menor», dice. Para entonces ya le gustaba el campo y a partir de entonces se levantaba a hurtadillas para que no la dejara en casa. Hoy desmiente la teoría del hombre cazador y la mujer recolectora. Vocal de la Delegación de la Federación de Caza en Soria, no entiende el medio rural sin caza y tampoco su vida. 

Miriam Martinez Minguez junto a su finca en Los rábanos - MARIO TEJEDOR

Miriam Martinez Minguez junto a su finca en Los rábanos - MARIO TEJEDOR

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P. PÉREZ SOLER / SORIA
Soria

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Pregunta.– ¿Qué hay que saber de la caza para creer en ella?

Respuesta.– A mí me gusta la caza porque es lo que he vivido siempre. Tiene que haber caza porque es el cuidado y control de la naturaleza y de los animales. Tiene que haber una gestión… Es como si fuera una rueda en el ciclo de la vida y necesaria para el mundo rural, para todo lo que engloba, para la agricultura, para los pueblos, porque económicamente les supone algo importante.

P.– ¿Cómo sería el medio rural de Soria sin caza?

R.– Sin caza el medio rural se acabaría extinguiendo, pienso yo. Y más en una provincia como ésta. La caza deja mucho dinero en los pueblos, empleos. Y luego están los daños en la agricultura… Si hubiera mucha población de animales habría muchos problemas en la agricultura y aquí no tenemos tantos, pero en otros sitios es algo exagerado.

P.– ¿Qué contrasentido hay entre amar a los animales y cazarlos?

R.– El mayor ecologista que hay es el que vive por y para el campo. Es el que cuida el campo y a los animales y quien se preocupa de lo que engloba todo eso. De si no tienen agua, ir al campo y en verano cuando escasea el agua, echarles en zonas habilitadas; echarles de comer en casos extremos, como cuando el temporal Filomena. Muchos de ellos sufrieron y se intentó echarles de comer en comederos…

P.– Para la vida y para poder cazarlos, imagino.

R.– A ver, se hace para mantenerlos y luego poder cazarlos, pero hacerlo con una gestión, en la temporada habilitada.

P.– ¿A qué se parece ir de caza?

R.– Yo cuando voy de caza siento tranquilidad. Estás sosegado…, no sé cómo decirte. Estar en plena naturaleza es algo grande. Es paz, es estar en la naturaleza, no oyes el ruido de la ciudad. Respiras aire.

P.– Hay quien apela a la falta de empatía con otro ser vivo. Convénzame que nado entre dos aguas.

R.– No se trata de convencer. Tienes que vivirlo como una persona misma. Yo te puedo decir muchas cosas con palabras, pero realmente hay que ir al campo y sentirlo. Y verlo. Mucha gente habla y realmente no sabe lo que es el campo. Lo hablan desde la ciudad y sin saber lo que es el campo ni los animales. La caza es parte del campo.

P.– ¿Cómo es la crisis en la caza?

R.– La pandemia ha afectado a la caza a la hora de no poder moverse, aunque tampoco ha tenido mucho impacto. Sí ha tenido más en el tema de las comidas y cosas de esas. Este año ha sido todo muy frío. Ir a cazar no es solo ir a cazar y ya está, es también ir a comer, reunirse con gente… Y este año ha sido todo muy frío porque ibas a cazar y como no se podía juntarte con gente, era ir a cazar e irte. Y luego, creo que el número de cazadores va a menos porque la juventud tampoco se animal. No solo te hablo de Soria, porque aquí creo que no estamos mal. 

P.– Entonces en Soria hay caza para rato…

R.– Sí, pienso que sí. Si las leyes lo permiten y no tocan mucho las narices. Y tenemos que luchar por ello, porque siga. Quienes están luchando son las federaciones, porque no pongan leyes nuevas. Hay algunas que son absurdas. La de la paloma torcaz, por ejemplo: la federación está luchando porque quieren prohibir que se tire.

P.– ¿El cazador siempre lleva la razón?

R.– Depende. Imagino que a veces sí y a veces no.

P.– Para el anticaza, nunca.

R.– Muchas veces los animalistas están equivocados. Yo respeto todas las opiniones, porque cada uno tiene su pensamiento y es respetable. No vamos a pensar todos igual. Lo que sí pido es que nos tengan respeto a los cazadores, porque no somos ni asesinos, ni nada de lo que dicen. Ahora mismo hay mucho odio con este tema, mucho, porque se nos clasifica de asesinos y de todo y no es así.

P.– ¿Con qué actitudes beligerantes se ha encontrado?

R.– La verdad es que con ninguna. Yo no he tenido problema. Alguna vez te preguntan que por qué te gusta la caza, pero no de forma beligerante. No he tenido problema.

P.– ¿Qué dice a quien no la entiende?

R.– Que probara, que probara a ir un día al campo y cazar. Muchas veces la gente habla de lo que oye y no se ha parado a probar lo que es la caza, la naturaleza, el campo.

P.– ¿Dónde acaba el placer y el disfrute de la naturaleza y comienza el de la caza? 

R.– Cuando voy a cazar, cazo y disfruto de la naturaleza. Ahora mismo no cazamos e igualmente salgo al campo a andar y a ver a los animales.

P.– A mis conocidos cazadores no les pregunto qué votan. Y a usted tampoco. Pero, ¿la caza tiene siglas?

R.– Cazadores hay de todo tipo, que piensen de una forma y que piensen de otra.

P.– ¿Qué certezas le da o le quita matar a un animal en una cacería?

R.– Mira, no es solo matarlo. Cuando te dicen que vas de caza solo a matar eso no es. Es todo lo que engloba hasta que tiras al animal. Se disfruta de todo lo que engloba antes de matar al animal. Yo, que voy de puesto, a la hora de escuchar a los perros, los realeros animándoles, cuando escuchas todo… es una sensación rara. Hasta que sale.

P.– ¿Por qué sí o no pagaría por cazar elefantes en África?

R.– No lo sé. Sí me gustaría verlos, pero no me lo he planteado.

P.– ¿Qué tiene de primitivo la caza?

R.– Es una tradición que tiene que seguir existiendo. Y la finalidad, el consumo de la carne. 

P.– Rompe usted moldes. No hay muchas mujeres que cacen.

R.– Bueno, cada vez hay más mujeres. Nunca he tenido ningún problema, me han arropado y me han apoyado mi familia y amigos. Al revés… Somos una cuadrilla de caza mayor y se han portado siempre muy bien conmigo.

P.– ¿Deduzco paternalismo dentro de su sector por ser mujer?

R.– No, no, no… No están encima de ti. Te ayudan como se ayuda a cualquier otro. Soy uno más.

P.– ¿Qué tiene de cazadora en lo cotidiano?

R.– No sé. Haces lo que te gusta sin temer a lo que digan. Si tú crees en algo, tienes que luchar por ello. Y si te gusta hacer algo, porque alguien te diga que no, no deberías dejar de hacerlo. Hay que hacer siempre lo que uno mismo piense.

P.– A riesgo de parecer machista, ¿dispara igual que un hombre?

R.– Sí. Sí, sí… Esto es como todo. Hay hombres que disparan mejor o peor, igual que las mujeres. El disparar no entiende de géneros. Yo con la caza menor, regular. Y la caza mayor se me da mejor.

P.– ¿Qué relación hay entre el hombre y la caza? 

R.– Es algo que siempre ha estado y hay que luchar para que siga estando. La caza es un cuidado, un control y una conservación de la naturaleza. Tiene que existir. Es una parte importante de mi vida. Desde pequeñita lo he practicado y es algo importante para mí. 

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