Heraldo-Diario de Soria

ENTREVISTA / ALEJANDRO AGUADO GONZÁLEZ

«Cambiaría todos los likes en Instagram por el agua, que es fundamental en la vida»

Cuando el triticale y los guisantes le dejan, Alejandro idea una historia o responde a una consulta o un saludo. Llegan de todo el país y más allá. Instagrammer rural, ‘doctor’ en secano al mando de su explotación en Fuentes de Magaña y amigo de casi 14.000 seguidores. ‘Venga, deja el móvil’, dice alguna vez quien le enseñó el manejo de la tierra.

Alejandro Aguado. HDS

Alejandro Aguado. HDS

Publicado por
P. PÉREZ SOLER
Soria

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Pregunta.-¿Qué siembra usted, a ver?

Respuesta.-Mi explotación es de secano. Mi pueblo es Fuentes de Magaña, cebada, trigo, triticale y guisantes. (Además de en el campo). Amigos, intento ser amable y cordial con todos. 

P.-¿Uno recoge siempre lo que siembra? No sé yo.

R.-No siempre, se intenta. Si eres buena persona e intentas hacer siempre lo mejor, al final sí que se suele ser recompensado. Al revés, si una persona no es amable ni intenta interactuar con sus iguales, quizá pueda tener más problemas y que la vida no devuelva lo que reclamas. Un poquito de karma.

P.-¿Y quién le responde mejor, el campo o la vida?

R.-Digamos que el campo es bastante más sencillo de manejar que la vida. A veces en la vida suceden cosas que no están en nuestras manos y no se pueden cambiar. En el campo todo se puede remediar, si un año hay mala cosecha o no ha llovido o hay pedrisco, te vales reponer. No es la muerte. 

P.-¿Qué es ser instagrammer rural?

R.-Es compartir la vida del mundo rural, nuestras hazañas, nuestros logros, nuestros fracasos. Siempre se ha dicho que el mundo rural y trabajar en el campo es duro. Las condiciones climáticas normalmente son más adversas que en las ciudades. Ser influencer rural es poner la faceta buena, la libertad que tienes en el medio rural, en el campo.

P.-Llega Internet a Fuentes de Magaña imagino.

R.-Internet poco a poco se va consiguiendo. Pero siempre 20 años más tarde que al resto. Con ello mucha gente se intenta implantar en el medio rural para teletrabajar, buscar la conexión con el mundo urbano y no se ha podido adaptar porque no ha tenido unas condiciones adecuadas. Por suerte, en mi trabajo, aunque hay recaídas de Intenet, se va solucionando y se pueden resolver los problemas desde el pueblo.

P.-Tiene más de 13.000 seguidores en Instagram. 

R.-El Instagram que tengo nació de la nada, de tener un pequeño Instagram particular, ir subiendo poco a poco e ir creando más contenido, fue a más. La gente me ha seguido y se ha creado esta pequeña fama. Intento ser lo más natural y lo más rural posible. Explico que aunque te guste el campo, también hace falta estudiar, que hay tiempo en la vida para hacer otras cosas. 

P.-¿Qué mensaje es el suyo?

R.-Desde el primer momento, gente joven me pregunta, los hay que están estudiando y no saben qué hacer, si irse pronto al campo o no. Y lo que digo siempre es que lo fundamental en esta vida, según están las cosas, es crear una base de estudio para tenerla. Y de esta forma si no te sale bien el plan de quedarte en el campo, que tengas otras salidas.

P.-¿Por qué sí o no cambiaría un like por una gota de agua?

R.-Tengo claro que esto lo tengo como hobby y no me mato a ello. Lo primero es la vida y el agua es fundamental. Cambiaría todos los likes por el agua, que es fundamental en la vida. 

P.-¿Y qué like lleva Aguado dentro?

R.-Los que me dan los más cercanos, la familia. Son los que más te llenan.

P.-¿Cuál es el mayor problema del campo de Soria, y no me haga política?

R.-Ahora mismo el mayor problema es el relevo generacional. La gente no se queda en el campo porque es más duro de lo que parece y no quiere tantas complicaciones en su vida. (¿Y lo más duro?). Es un trabajo en el que estás muchas horas solo aunque tengas el teléfono  y puedas hablar con otras personas. Al final  es la soledad de estar en el tractor, en la nave o de pastor. Es más complicado de lo que está acostumbrado la sociedad. 

P.-¿Pesa esa soledad?

R.-Hay veces que te gusta estar más desconectado y otras veces menos. Ahora con toda la tecnología que hay en el móvil es bastante más ameno. No es un trabajo como el de hace años.

P.-'Vida de campo, o para tonto o para santo' dice el refrán. ¿Qué es más?

R.-Complicado. No creo que ninguno de los que estamos en el campo seamos tontos. Así que vamos a ir al santo.

P.-Para quitarme prejuicios. Dígame que hay asajos que no votan al PP y gente de Coag que no es de izquierdas.

R.-Sí, los hay. En los sindicatos se tiene puesta la lupa en la política. El problema de la sociedad es que nos han metido la política en todos los temas, en cualquier tema de actualidad está la política, aunque no tenga nada que ver. Al final es un mal de la sociedad el de ponerte etiquetas cuando solo defiendes tu trabajo, en la agricultura. Cada sindicato tiene su camino a seguir y su tabla de compromisos y muchas veces la gente que está afiliada a uno u otro no tienen una sigla política. Son intereses, digamos, más simples. (¿Entonces?). Sí, sí, totalmente. Hay gente en Asaja que no vota al PP y en Coag que no es de izquierdas.

P.-Entiendo que las elecciones agrarias no son un barómetro de cómo está la cosa en Moncloa.

R.-Totalmente de acuerdo. Son para ver el peso de las organizaciones agrarias en la propia Comunidad, aunque sea luego provincia. Y con ello, cuando hay que pelear ante la Administración, tener un peso u otro en las mesas de diálogo y esa fuerza.

P.-¿En qué campo cree?

R.-La sociedad cambia más rapido y estamos viendo que nos están imponiendo medidas para revertir lo que se ha creado en tiempo y quieren cambiar en dos años. Estamos equivocados. Todo ha de ser progresivo. Estamos en un método de producción de agricultura que es el más estricto sanitariamente y creo que es de los más sostenibles del mundo. Yo concibo la agricultura así.

P.-Una tópica. ¿Valora la ciudad lo que hace el campo?

R.-Esto es un poco hipócrita. Nos acordamos de la pandemia o cuando estaba esto mal y agricultores, ganaderos y supermercados estuvimos en primera línea para que se pudiera comer. En ese momento se valoró, pero cuando ya la vida vuelve a resurgir y no pasa nada, la gente se olvida. Tenemos una memoria muy, muy corta. 

P.-Exprese una indignación.

R.-La agricultura y la ganadería somos las bases del mundo. No farmers, no food, no future. Nos olvidamos de ellos, pensamos que viene todo hecho y no tenemos que preocuparnos de los primeros.

P.-¿Qué confusiones tiene la ciudad del campo?

R.-Todo ha subido. Esta crisis de los precios ya la avisábamos nosotros el año pasado. Nuestros costes de produccón eran muy elevados con el precio de venta que teníamos. De lo que nosotros vendemos a lo que se consume pasa un año. La sociedad se queja de que todo está caro, pero el campo el año pasado ya lo vimos. Si sube la ropa, la sociedad se queja un poco, pero vale. En la alimentación hay un problema. Queremos que se produzca muy barato y con mucha calidad. Y eso es complicado.

P.-¿Cuándo fue la última vez que le dijeron que la gente del campo se queja mucho?

R.-Eso ha sido toda la vida. Siempre se ha dicho que 'el que no llora no mama', pero yo digo que a veces lloramos de más. Hay veces que nos podemos quejar, otras que no. Si ha sido buena cosecha, pues ha sido buena cosecha, aunque recordemos que el año anterior fue malo.  Esto se compensa en unos años. Es como una empresa. Esa dinámica de queja se está cambiando.

P.-¿Qué porvenir le aguarda al campo soriano?

R.-Esto va a depender de los políticos y de las políticas que se generen. Para que haya un futuro prometedor, lo primero que tiene que haber es un futuro prometedor para los que estemos. Si no hay un impulso por parte de las administraciones, que apuesten claro por el medio rural, al final nos iremos todos a las ciudades y se cerrarán los pueblos. 

P.-¿Es de pueblo y vive en el pueblo?

R.-Soy de pueblo y vivo en el pueblo al 50%.

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