Heraldo-Diario de Soria

Entrevista. César San Juan Pérez

"Poder participar en la Saca como caballista es la suerte más grande que hay"

El fruto del roble tiene un sabor amargo. El necesario para la vida. Una madera resistente, y acogedora, y hojas perennes. Ésas que lo hacen tan humano como lo es la fiesta. Lo sabe bien este hombre, huérfano en varios frentes, con San Juan en el DNI y una savia en vena recia, permanente, pura sangre que lo sustenta. En Valonsadero hay un roble, dos caballos y un hombre. (Y toros, una honda cañada y una Saca imperturbable). Y César.

César San Juan

César San JuanMARIO TEJEDOR

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Pregunta.–  A ver, si usted fuera caballo, ¿cómo le gustaría morir?

R. Buf... Me gustaría morir tranquilo, en casa, con quien me ha cuidado siempre y ya. Imagino que como una persona, cuidado y rodeado de los suyos.

P. Qué continua imprevisión es la muerte.

R. Sí. Es algo que sabes que va a pasar desde que naces. Y en ningún momento te pilla bien, ni a nosotros ni a quienes están con nosotros. A nadie.

P. De forma imprevisible se le han muerto dos caballos en San Juan, uno este Lavalenguas.

R. De dos maneras muy diferentes. Bueno, diferentes o no. Ha sido trabajando en preparar las fiestas, que son lo que más quiero y lo que más esperamos todos los sorianos. Una fue bregando cuando, por circunstancias, un novillo me alcanzó y nos tiró al suelo. Cogió al caballo y lo mató. La otra, no sé si por circunstancias, por alguna malformación o porque estaba por llegar en ese día, le dio un infarto al caballo (se llamaba Carajillo). Pudo ser por estrés, porque le tocaba, por cansancio. Por muchas cosas que no puedes pensar que vayan a pasar.

P. ¿Cómo le queda el cuerpo o el alma, oiga?

R. Muy mal. Es un caballo que tenía desde hace 10 años. Cuando compras un caballo no sabes cómo te va a salir, pero afortunadamente este caballo me salió maravilloso. Normalmente si te sale más o menos a tu gusto, al animal lo quieres; pero en este caso era un caballo que me valía para todo, para salir con mis amigos, para salir con mi pareja, para montar a mi niña de dos años, a mi sobrinillo... Era un caballo que dentro de un par de años jubilaba y se iba a quedar para mi niña.

P. ¿Hay cierta desprotección en el monte para con el toro y el caballo?

R. Tú cuando entras al monte, tanto en los encierros como en la Saca sabes que vas a tratar con animales bravos. Sabes a lo que te expones y a lo que no. Mi alegría de toda la vida ha sido poder hacer estos encierros, preparar la fiesta de por la tarde, que se cierren bien, pronto, y sin ningún incidente. Pero en cualquier momento, sea por tu culpa o por cualquier circunstancia, te puede pasar algo. En los cerca de 30 años que llevo me han ocurrido múltiples cosas, pero lo peor que me ha podido pasar han sido la muerte de primer caballo, por un caballo, y sobre todo la de éste por un infarto.

P. ¿Cuántos festejos montado a caballo?

R. Creo que llevo 29 con esta Saca. Mi familia ha sido sanjuanera de toda la vida y yo también. Me encantan las fiestas y me gusta que todos los sorianos se lo pasen bien. Y procuro que el día de la Saca sea el día más bonito de los sorianos y participar en ella. Para mí, poder participar en ella de la forma en que lo hago, como caballista, es la suerte más grande que hay.

P. ¿Hasta dónde es necesaria la palabra duelo?

R. El duelo lo llevas y dura. Te acordarás siempre de tu animal. Te vas a acordar siempre, del momento bueno y del malo. Luego es como todo, estará ahí, pero lo vas dejando aparte. Al final coges otro caballo, que reemplaza a éste, que no va a ser nunca mejor, y sigues haciendo lo mismo. Reemplazas al animal, pero nunca lo que te ha producido que se muera ese caballo.

P. Una cuestión de otro costal. ¿Cuánto cobra por exponer su caballo y su persona en los festejos prefiestas y en San Juan, como Amigo de la Saca? Sí, ya sé que es decisión propia.

R. Nada, absolutamente nada. Me cuesta dinero. A mí y a todos. Es así. Es una asociación sin ánimo de lucro y nadie cobra nada. Nos cuesta el dinero del traslado, de la manutención de los caballos... Lo tienes durante todo el año, pero también para esto. Lo traes para cuidar las vacas, para separarlas, para prepararlas, para los encierros y en la preparación del día a día para estos eventos, que se alarga durante tres o cuatro meses preparándole. Cuesta dinero, pero es algo que nunca me he planteado nada, porque es lo que más me gusta.

P. ¿Eso se ve?

R. Ni nosotros le damos importancia, ni creo que la gente de fuera piense en que a nosotros nos cueste dinero. No creo que nadie piense que sacamos ningún beneficio de esto. No te puedo decir si se reconoce o no. No puedo hablar por los demás sorianos. La gente de mi entorno sabe cómo soy, cómo me gusta y claro que lo reconoce. Pero no puedo hablar por el resto de la gente. La hay a la que no gusta nada el mundo de los caballos y hay otra que sí.

P. ¿Cómo era la relación con su caballo?

R. Como uña y carne. Es un caballo (habla en presente) que nunca vas a poder encontrar otro igual. He tenido otros, han tenido sus manías, sus rarezas. Y éste, para mí, era el caballo perfecto. Para todo. Una nobleza absoluta.

P. ¿Qué fue lo último que le dijo?

R. Pues en una de las subidas, cuando llegamos a la puerta y metimos un novillo, hice lo que siempre hago cuando se ha dado bien o cuando voy a empezar la faena: le toqué la cabeza y las orejas y le dije “eres el mejor”. 

P. Atrévase a cambiar algo de la Saca o de cualquier otro festejo en el monte.

R. La Saca está bien encaminada, se están haciendo bien las cosas. Estamos preparando para que la Saca se vea en condiciones, que solo se vean caballos, para que se vean los toros, llegue bien sin mucho estrés para los animales, ni caballos ni novillos. Es concienciar a la gente, tanto de caballo como a pie de que nuestro trabajo es encerrar los novillos y que la fiesta es para los sorianos por la tarde.

P. ¿Cómo hacemos para afinar, si fuera necesario, el número de caballo en el monte?

R. El año pasado ya cortamos muy bien, salió bastante bien. La gente de Soria, y cualquier persona que tenga caballo de Soria, tiene todo el derecho a venir a la Saca a disfrutar de su caballo y de la fiesta. Y para la gente de fuera se ha puesto un cupo que hay que cumplir y vamos a hacer cumplir para que este acto lo puede ver todo el mundo. Antes había tantos caballos que era imposible poder hacerlo. El año pasado empezamos a hacerlo bastante bien y vamos a seguir por ese camino.

P. Sí, porque al número de personas es imposible poner coto. Este Lavalenguas fue multitudinario. 

R. Es una fiesta y la gente tiene que disfrutar. No puedes poner coto al monte. La gente se divierte, la de Soria y quien viene de fuera, cada uno a su manera. Mientras haya buen ambiente y no haya cuestiones mayores. 

P. Así es, pero no es menos cierto que fue un Lavalenguas desmesurado… Quizá necesitado de más orden y concierto y no hablo de toros y caballos, sino de alcohol. Es complicado.

R. No sé qué decirte. Por circunstancias familiares no pude estar por la tarde. Imagino que será similar a otros años. Creo que está bien organizado.  Luego en circunstancias del alcohol, la gente hace lo que cree en cada momento, pero eso pasará aquí y en todos los lados, imagino.

P. ¿Qué momento pasado le acerca su memoria, relacionado con fiestas de San Juan?

R. Desde que tengo uso de razón he ido a todos los actos, me han llevado a todo. Mi padre ha sido el sanjuanero número uno y yo… Es lo que me han inculcado y siempre con mucho respeto y mucho amor por las fiestas he seguido la tradición de mi padre.

P. ¿De qué nos redimen las fiestas, más allá de pasarlo bien?

R. Es el cambio de chip del año. Estás todo el año trabajando, con tu familia… y esos días cambias. Cambias el chip. Es como el Año Nuevo en Soria, todo antes de San Juan y post San Juan. Y a nivel psicológico es el momento de relajación y de despendole del año.

P. ¿Cómo las pinta?, ¿con qué color y con qué técnica?

R. (Ríe). Pinto las fiestas con los colores que son: los del sol, vino y toros, un amarillo, un granate de vino y el negro de los toros. Es San Juan.

P. Amigos de la Saca son un antes y después en los festejos. ¿Qué mejor antes y qué mejor ahora?

R. He vivido las dos épocas. Antes, quien tenía los pastos en Soria se encargaba de hacer este trabajo y no era malo. Era una obligación y nosotros aprendíamos y ayudábamos como acompañantes. Y ahora quien dirige la Saca es la asociación, con el consenso de gente de a pie y a caballo. Y se intenta hacer lo mejor posible siempre respetando los usos y las costumbres. Y procurando que cada año vaya mejor. ¿Que cuesta?, sí claro, pero lo intentamos.

P. Cuando un distintivo de organización como autoridad no basta (que en ocasiones no basta, y puede que en el Lavalenguas en algún momento dado no bastara) ¿qué sucede? Hasta aquí puedo leer, espero que me entienda.

R. Pues en ese mismo momento no sucede nada. Procuras intentar que la gente entienda cómo son las cosas y, si por cualquier cuestión, hay personal que molesta a los novillos o en un momento dado se hacen cosas que no se deben, se intenta decir. Con las buenas maneras que se pueda y, si no se puede o no se quiere, luego se habla con la gente. Al final hay que intentar arreglarlo sin que haya mayor trascendencia. Y que la gente entienda como se entienden las cosas en Soria y cómo hay que hacerlas.

P. No sé yo si en ocasiones es eso posible.

R. Es difícil, pero al final se entenderá. Sí. Es una fiesta antigua, con tradición, con unos usos y costumbres que hay que respetar. Procuraremos que así siga.

P. Usted que lleva San Juan hasta en el carné de identidad, elija un momento de la fiesta en lo estético y lo sentimental.

R. El Jueves la Saca a las 12 de la mañana. Lógicamente. En el significado sobre todo. Es el momento de las fiestas para mí.

P. El final de este Lavalenguas fue trágico (por la muerte de una persona atropellada por un autobús). Con todo y con ello, creo que yo que en fiestas de San Juan, de Soria, hay un ángel...

R. Sí, sí, sí. Está claro que con la masificación, el alboroto y las ganas de disfrutar, el ambiente que hay… pasa poco. Pasa poco. No sé a quién achacárselo, pero algo habrá para que pocas veces pase algo. Siempre que acaba la Saca, y antes del inicio, deseo suerte a toda la gente que va a participar. Y cuando acaba nos damos un abrazo porque estemos todos bien.

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