Heraldo-Diario de Soria

Entrevista. José Ángel Romera Ortega

«Soy más gaitero que dulzainero. Será porque me gusta mucho la fiesta»

Pocas cosas hay más inherentes a la fiesta como ella. Tres décadas lleva abrazándola este hombre y los años que le quedan. Hay veces que son uno y no precisamente en San Juan, cuando solo la toca el Viernes de Toros y el Lunes de Bailas. Hablamos con José Ángel de fiestas, de parte del imaginario sanjuanero, de este esplendoroso Domingo de Calderas. Y, por supuesto, de la insustituible gaita.

José Ángel Romera Ortega.

José Ángel Romera Ortega.ANA RENTA

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P. ¿Qué renueva San Juan en usted cada año?

R. La ilusión, las ganas. San Juan es otro año que llega a los que nos gusta la fiesta con intensidad. Son días muy emotivos que estamos esperando todo el año.

P. ¿Qué ha pedido? Al santo, digo, no a las fiestas.

R. Que sean unas fiestas que disfrutemos todos, que no haya ningún percance, que sepamos comportarnos, respetar a toda la gente y, sobre todo, que sea lo que es fiesta, que podamos divertirnos todos.

P. De todo el imaginario festivo, ¿qué es lo primero que pondría a salvo?

R. Me gustaría que los usos y costumbres se conservaran adaptándose a los tiempos y que todo el mundo fuéramos flexibles, que los puristas no fueran tan drásticos y que la gente no se lo tome a cachondeo. Que sepamos respetar nuestras costumbres con la evolución que corresponde.

P. Pide mucho, creo, en eso de acercar los extremos.

R. Eso sería lo correcto. Los extremos nunca son buenos a la hora de llevar una fiesta con tantas opiniones. Creo que sería lo correcto.

P. Imagínese que tiene potestad. Aporte un cambio.

R. Ahora, según está, el Lunes de Bailas. En una cosa que era tan tradicional, como es pasear el santo por todo el barrio, ves que la ciudad ha crecido muchísimo y ahora la fiesta está en las Bailas. Por ponerte un ejemplo, la jurada de Santa Catalina, subiendo por un barrio tan difícil como es ése, ir allí a las 5 de la tarde, cuando ya no hay vecinos… Creo que eso ahora mismo lo cortaría. El 90% de la gente está ya disfrutando de las Bailas y los jurados están dando la vuelta a todos los barrios, que son muy extensos, teniendo muy poquito arropo. Cambiaría eso. Se da la vuelta al barrio desde la una y media que se termina la procesión y la ofrenda a la Virgen de la Blanca hasta una hora, y un año se empieza por una esquina y al siguiente por la otra. El santo está en la cuadrilla y todo vecino que sea devoto puede ir a visitarlo allí los días que estime conveniente.

P. ¿La fiesta nos evade o nos mete en el barro?

R. Las dos cosas son válidas. En un momento puntual estás con algarabía en esa fiesta en la que estás metido y a la vez te estás olvidando de los problemas de todo el año. Siempre que sea con respeto y la gente se divierta, son las dos cosas válidas.

P. ¿Qué hace falta reestructurar, además de las cuadrillas?

R. Creo que ahora con esta compensación de vecinos que se ha hecho, bien. El primer año siempre es duro por la gente del barrio que siempre ha sido de uno y ahora les cambian y tal. Pero creo que según están ahora las fiestas están bien. Lo de los vecinos estaba muy descompensado y con esta nueva reestructuración pienso que está bastante bien. Lo dejaría tal cual está.

P. ¿Dónde está aquella dulzaina que compró en 1990?

R. La tengo donde tengo mis instrumentos y mis dulzainas. Y con mucho cariño porque se ve la evolución que ha habido en aquellas que costaba mucho más hacerlas sonar y ahora mismo las técnicas se van mejorando. No quiere decir que no cueste, pero son más llevaderas.

P. ¿Cuántas veces ha tenido que aclarar que una dulzaina no es lo mismo que una gaita?

R. Al final no sé cuál es la diferencia… Hombre, no una gaita de fuelle. Coloquialmente a la dulzaina aquí siempre se le ha llamado gaita, con lo cual la gente de nuestra comunidad lo entiende bien. En Castilla y León la dulzaina como tal se entiende dulzaina o gaita.

P. Entonces no le molesta si le llamo gaitero.

R. No, no. Soy más gaitero que dulzainero. Será porque me gusta mucho la fiesta.

P. Hablemos de entonces de gaitas. ¿Por qué la música de gaita suena antiguo?

R. No sé… Si te das cuenta, ahora con las gaitas, con las dulzainas, la gente que viene de atrás son gente súper preparada, de conservatorio y con una dulzaina se puede tocar cualquier canción, a nivel moderno, como renacentista. El abanico de interpretación que hay ahora es amplísimo. Antes se decía que solo eran temas tradicionales. Ahora cualquier canción le dan un toque estos fenómenos y la sacamos a la calle rápidamente.

P. Del tamboril ni hablamos.

R. Creo que el tamboril sigue tocándose, igual en cosas más serias, más de procesiones y más tradicionales y lo sustituyen por la típica caja de charangas. Pero sí hay algo más de diferencia del tamboril como tal para cosas más serias.

P. ¿Y qué cosas serias le dice el viento de su gaita?

R. Para mí todo tiene relación con la fiesta. Pero igual en algún tipo de fiesta que podamos hacer y tenga una seriedad o sea un ritual o una tradición que se toca, hay que tocarlo según se hacía antiguamente. Darle la seriedad que para el pueblo en concreto requiere esa procesión, esa danza o ese baile.

P. Música en el Paso, música en San Juan, música en las romerías... ¿ante qué guarda usted silencio y por qué?

R. En las romerías, siempre en la parte eclesiástica o más seria, ahí voy con más prudencia. Todo lo demás es jolgorio. (¿Pero ante qué se calla?). Por el respeto, ante cualquier acontecimiento duro, pérdida de un ser querido… En esos momentos en que veo a gente que está triste o tiene una situación dura.

P. ¿Qué es lo que más le conmueve de la fiesta?

R. De la fiesta me gusta todo. En la amplia acepción de la palabra.

P. ¿Por qué es tan permanente el sonido de la gaita?

R. Como en todo son modas. En un momento puntual cuando empezamos hace 30 años estaba un poco desaparecida y hubo cuatro o cinco grupos que empezamos a tocar, a salir por la calle, y empezó a resurgir en la juventud y ha habido unos años muy buenos. Ahora mismo la charanga se nos está apoderando y estamos un poquito de mantenimiento o bajón. (¿Cómo es eso?). Es la moda. La gente que está en los conservatorios se dedica más al metal y entonces los nuevos grupos que van surgiendo son todo charangas.

P. ¿A qué fiesta le pone freno?

R. No pongo freno a ninguna fiesta. Todas son buenas.

P. ¿Cómo se mima a la música tradicional?

R. Aquí volvemos a lo de siempre. La música tradicional hay que tocarla como antiguamente, como la costumbre del lugar, pero luego cada uno puede darle su toque personal siempre que no esté modificando ese baile o esa historia. A la hora de interpretar cada uno como quiera.

P. Una tópica. ¿Qué tienen los gaiteros de Santa Bárbara que no tengo otro grupo?

R. Que vamos sin prisa, que nos gusta la juerga y que somos un grupo de amigos que llevamos 30 años los mismos tocando. Y que cualquier miembro de otro grupo que quiere venir con nosotros es bienvenido. Creo que la apertura que hay en el grupo y sobre todo la amistad.

P. ¿Aparca la gaita en fiestas de San Juan?

R. El Viernes de Toros no. Ese día y el Lunes de Bailas estamos desde primera hora.

P. ¿Cuántas horas seguidas ha estado ejerciendo de gaitero?

R. Hay veces que dices 'del siete al siete'. Ahora vamos más tranquilos, pero en momentos puntuales imagínate ir a una diana a las 8 de la mañana y liarte hasta la verbena. Ahora no.

P.¿Qué no debería faltar en un museo de San Juan, al margen de los santos y cuadrilla?

R. Podriamos poner todo documento gráfico que tuviéramos en cuanto a calderas, instrumentos musicales, los gaiteros que acompañaban en ese momento a las cuadrillas. Hace algunos años la Asociación de Jurados de Cuadrilla hizo una exposición en la antigua caja de ahorros y creo que estaba muy bien presentada, sobre los motivos sanjuaneros que no debían faltar. Me gustó mucho. ¿Permanente? Estaría muy bien, pero no sé si tendría mucha aceptación por parte de nosotros, los sorianos. Somos un poco como la gaseosa, le damos muy fuerte y luego nos bajamos rápido. A lo mejor el coste es mayor que una que fuera temporal, cada cinco años o así. Igual tendría más aceptación.

P. ¿Qué esplendor oculto tiene el Domingo de Calderas?

R. Es el día de más esplendor, así que ahí la gente se pone con sus mejores galas y la mejor intención de desfilar y que sea un día bonito. Ese querer destacar nuestra persona. Es un día que la gente ve como una tradición en que hay que estar con las mejores galas y la mejor disposición. Para que el propio soriano presuma, un día de fiesta en el que hay que ir acorde con el día.

P. ¿Cómo se pasa del traje y corbata al chaleco sin despeinarse?

R. Me cuesta muy poco. En cualquier momento estoy preparado para salir, no tengo ningún problema, no me cuesta nada. Disfruto mogollón viendo la gente alegre. Independientemente de la calidad que puedas tener en la pieza, más o menos buena, si tú transmites alegría, el público se lo pasa bien, y los que estamos tocando disfrutan el doble.

P. Dígame un verso, aunque no rime, sobre su sentir sanjuanero.

R. Ahora que miro a mi señora 'tus ojitos me prendieron'.

P. Si fuera gaita, tamboril, ¿cómo se sentiría tratado 'en casa', en Soria?

R. Estaría en el armario central. Creo que tenemos una percha muy buena. Pienso que estaríamos en el primer lugar de la casa.

P. ¿Qué tal se llevan las distintas gaitas y dulzainas de los grupos de Soria?

R. Muy bien. Ahora mismo, hay gente mucho más joven que nosotros nos enseñan un montón. Con gente mejor que tú solo puedes aprender.

P. No me creo que la juventud le vaya a enseñar a ustedes, con su veteranía.

R. Saber estar en la calle no, pero en conocimientos de canciones sí. Los arreglos que hacen no los sé hacer yo hasta que no me los enseñan. Son gente muy preparada. En la calle el ritmo y la marcha que damos nosotros a ellos les falta. Son más de mesa que de calle.

P. ¿Cómo se llama el misterio de la música tradicional?

R. Es un instrumento popular y aquí en soria estamos teniendo la suerte de que a la calle ha salido mucho. Nuestras fiestas son muy amplias y luego los pueblos de nuestra provincia nos siguen llamando.

P. ¿Cómo fueron sus inicios en el mundo de la música tradicional?

R. Fue con los dulzaineros del Común, con Eduardo, que es muy amigo mío. Yo le decía 'y esta marcha que lleváis vosotros en los chiringuitos de San Juan, cómo se aprende a tocar'. 'Esto es como el entrenar', me decía. Si entrenas suena y si no entrenas no suena. Así que compramos una dulzaina y luego a meter horas y disfrutando con gente. Y hasta ahora.

P. Ha sido jurado en dos ocasiones. ¿Qué es lo que peor llevó?

R. El no poder estar en la cuadrilla. Hay muchos actos y todos bienvenidos, pero igual habría alguno que te quedarías con la cuadrilla y tienes que ir. Hay muchos actos en muy poco tiempo.

P. Dígame, ¿cuál es el precio de la fiesta?

R. Sería el cansancio. En todo lo demás estás tan metido en la fiesta que no paras.

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