Heraldo-Diario de Soria

Entrevista. Eduardo Jiménez García

«En el bar del pueblo, como el de Gallinero, es donde se han hecho negocios de campo y ganado»

La pregunta está en el aire en kilómetros a la redonda: ¿por qué atrae y atrapa el bar de Gallinero. La conversación con uno de los tres pilares impulsores no nos desvela al completo el misterio, pero nos da la pista de la razón fundamental. «Si no crees tú en lo que luchas, ¿cómo va a pasar?», dice Eduardo. Hablar del bar del pueblo en el medio rural de Soria no es solo ir a echar el café y menos en éste.

Eduardo Jiménez junto a  Óscar Martínez y Fernando Revilla.

Eduardo Jiménez junto a Óscar Martínez y Fernando Revilla.MONTESEGUROFOTO

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Pregunta.– Disco Taska Tranka, pero el bar de Gallinero muy disco, disco no es...

R. El nombre se remonta lejos. Nuestro tío cogió el mismo bar del pueblo hace 30 años y así es como le llamó. Era por hacerle referencia y recordar aquellos años.

P. El bar del pueblo, único e irrepetible en cada pueblo.

R. En estos pueblos tan pequeños tener un punto de encuentro como es el bar resulta fundamental para que siga habiendo vida en el pueblo y el medio rural. Tradicionalmente, en estos sitios, en el bar del pueblo, es donde se han hecho los negocios de campo, la compra-venta de ganado y demás... Es fundamental para la convivencia en un pueblo, y más ahora, para la gente que vive, para relacionarse. Hay gente que vive sola y el bar es un punto de encuentro.

P. Es usted una de tres las patas de una sui géneris experiencia a caballo entre la hostelería, la música y más... ¿Qué tiene el bar de Gallinero?

R. Lo llevamos Óscar Martínez García, Fernando Revilla Mateo y yo. La parte buena de ser tres patas es que cada uno aporta su grano de arena de una forma distinta y se trabaja más a gusto porque estás haciendo cosas para tu pueblo y ves que a la gente le gusta. Es lo que intentas hacer.

P. Camino de los cinco años, ¿de que se siente más orgulloso?

R. De la constancia. De que de la idea de montar un negocio y hacer por el pueblo vayan surgiendo más ideas; de que todavía tengamos ganas de seguir haciendo cosas mejores y nuevas.

P. Usted, que sabe de cuentas un rato, cuénteme por qué compensa invertir en Gallinero.

R. Es más que nada por la parte emocional Estamos haciendo un esfuerzo grande. Yo por ejemplo vivo en Zaragoza y tengo que ir todos los fines de semana. El costo y el esfuerzo es grande, pero se ve recompensando con la gente, con la respuesta de la gente al bar, a la trashumancia y en que ves que en el pueblo sigue habiendo vida y actividad. La satisfacción es enorme.

P. Demasiado jóvenes para ser adultos, pero son el sostén del futuro de cualquier pueblo de Soria.

R. Es así. La gente joven que hemos veraneado e ido al pueblo somos los que tenemos las ganas y la energía para seguir aportando y que no se vengan abajo, con iniciativas o de la manera que sea. Da igual la forma mientras se ayude y se genere algo positivo. No es algo pesado, la gente del pueblo lo agradece. Cuando ves que todo el esfuerzo tiene recompensa en cuanto a lo emocional es muy satisfactorio.

P. Seamos cortoplacistas. Con casi un cuarto de siglo a su espalda, ¿dónde y cómo se ve en cinco años?

R. Ahora estoy en el momento más complicado, mejor dicho, más importante en cuanto a decisiones de vida. He acabado la carrera, estoy haciendo prácticas en Zaragoza, seguimos con el bar de Gallinero, tenemos otros proyectos en la cabeza para poner en marcha, así que es un momento que no sabría enfocar ahora, porque hay que decidir hacia donde vamos. Ver si en Zaragoza hay más trabajo, si lo encuentro en Soria, si los negocios o estas ideas necesitan más implicación. No te sabría decir a cinco años, porque no sé dentro de uno. Pero sí que trataría de acabar yendo a Soria.

P. ¿Qué le duele de su pueblo?

R. Me apena que cada vez hay menos gente y que al final los pueblos, y no es lo peor, están siendo pasajeros. Hay gente que veranea y se sigue cogiendo todo el mes, pero los mayores ya veranean menos o acuden los fines de semana. No me gusta ese quedarse en el olvido y, aunque sea poco, me gustaría que se siguiera yendo al pueblo, en verano, en Semana Santa o cuando puedan. (¿Y de Soria?). De Soria es el abandono en general por parte de las instituciones, con falta de ayudas y demás situaciones que no hacen que la provincia mejore y se estanque con respecto a otras. El trabajo y las empresas se siguen yendo a las grandes ciudades y con ello también la gente.

P. El Gobierno regional ha presentado su presupuesto. El de España anda en ello. ¿Quién se acuerda de Gallinero?

R. (Ríe) En el pueblo, mientras se siga cuidando, arreglando cualquier calle y haciendo alguna mejora, estaremos contentos. Y sobre todo cuidando el monte. En Gallinero hay una gran dehesa, que es un punto muy atractivo para el turismo. La dehesa para el pueblo creo que lo es todo, hay varios ganaderos que viven de ello y del campo.

P. ¿Por qué en otros pueblos quieren ir el finde a la capital y en el suyo ocurre a la inversa?

R. Creo que eso viene por la importancia que tienen estos bares y este tipo de actividades para que se cree algo bueno. Hay más actividad, más convivencia... En vez de llevar al niño a un bar de Soria, en Gallinero hay más libertad, más tranquilidad y se está más cómodo. Siempre y cuando haya un sitio en el que tu hijo juegue con otros hijos, el padre hable con más padres...

P. ¿Cuál es su referencia rural?

R. Mis abuelos, mis tíos y demás se dedicaron a la agricultura. Es algo que yo vi en casa y siempre me encantó esa libertad del pueblo. Mi madre son siete hermanos y somos muchos primos. Era muy agradable ir al pueblo y lo sigue siendo, aunque ahora es diferente, porque vas a disfrutar pero también tienes que trabajar. Antes era solo jugar y divertirse sin ninguna preocupación.

P. ¿Qué ser humano sería de haber nacido en una gran urbe?

R. Buena pregunta. Creo que con la vida en los pueblos estamos un poco más adelantados que en la ciudad, en ese sentido. No te sabría decir.

P. ¿Por qué grita tan alto la España vaciada y vemos tan pocos resultados?

R. La España vaciada hace ruido, pero el ruido no llega. Ahora por ejemplo, con las reivindicaciones de agricultores y ganaderos, tú puedes hacer una manifestación, pero molestas un día y ya. Si lo repites parece que al final te escuchan, así que igual es una de las medidas que habría que tomar. Al final es un 'sí, sí', pero por un oído les entra y por otro les sale. Con la insistencia igual mejor. En lugar de una vez al mes, una a la semana.

P. En el medio rural de Soria nos dopamos con...

R. Hay que tener confianza. Si no crees ni tú en algo, en lo que luchas, cómo va a pasar. A partir del covid la gente se ha dado más cuenta de cómo se vive en los pueblos y ha salido de las ciudades a los pueblos en busca de una vida más cómoda. Y ahora con el teletrabajo más. Con el bar de Gallinero empezamos en el 2019; luego con la situación sanitaria lo dejamos rodar y después volvimos. (¿En armonía y avenidos?). Siempre hay encontronazos pero siempre para mejoras. Cada uno tenemos una forma de ver las cosas, pero al final hay que hacerlas mirando el contexto y tomando una decisión que sea la mejor para el negocio.

P. El misterio del nombre de su pueblo.

R. Pues no lo sé, la verdad. (De todo menos cobardes). Al revés. Somos bastante más gallos que gallinas.

P. ¿Por qué en los bares la gente es más amiga?

R. Creo que es el punto de encuentro y si no hay otro no resulta complicado.

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