Heraldo-Diario de Soria

Entrevista. Eduardo Robles Esteban

«Nuestra batalla es la del día a día para que el Museo de Historia Militar de Navaleno sea atractivo»

Ha puesto a Navaleno en un mapa histórico, el de la Historia militar del país, haciendo del municipio pinariego una base de divulgación y promoción. Su pecado es el coleccionismo y también sentirse parte de un pueblo al que su familia está ligada desde hace seis generaciones. Eduardo es uno de los fundadores de la Asociación Retógenes, que sirve de apoyo a las Fuerzas Armadas en la recuperación de su historia y tradiciones.

Eduardo Robles.HDS

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Pregunta.– ¿Por qué Navaleno?

R. Tendríamos que escribir un libro sobre eso. Mi familia lleva yendo a veranear a Navaleno desde hace 90 años. Un cuñado de mi abuelo pasó por ahí, le gustó, se quedaron y empezaron a construirse unas casitas. Hace ya seis generaciones que mi familia disfruta de Navaleno que consideramos nuestro pueblo.

P. ¿Seis generaciones?

R. Mi bisabuelo, mi abuelo, mis padres, yo, mis hijos y mis nietos. En verano nos podemos juntar más de 90 personas de la familia en Navaleno.

P. ¿Para qué sirve este Museo de Historia Militar, del cual es uno de los impulsores?

R. Viene de los muchos años que Jesús Dolado -primo hermano mío- y yo empezamos a coleccionar y ayudar a unidades militares a celebrar sus aniversarios. Vengo de familiar militar y eso nos ha ayudado también a conocer un poco esto. Me gusta mucho la historia y entonces empezamos a estudiar la historia militar, coleccionando cosas. Vamos almacenando absolutamente todo y llegó un momento en que teníamos colecciones itinerantes, pasivas y en Navaleno, cuando pudimos, decidimos montar esta sala histórica intentando enseñar la Historia de España a través de parte de la historia de los ejércitos.

P. Una pieza que le diga especialmente.

R. Una no porque realmente cada pieza tiene su cosa. Es algo que los coleccionistas saben muy bien: a lo mejor hay una pieza muy grande y cara..., pero cuesta más conseguir una pieza pequeña, para acabar un uniforme, u otra cosa, y cuando lo consigues la satisfacción es enorme. Hay muchos momentos y en cada exposición hay algo que te llena y dices 'ya lo he conseguido'.

P. Adivino cierta vocación, aunque no ha sido militar. ¿De dónde viene ese gusto?

R. Mi abuelo era militar, tengo sobrinos y primos militares. De esa parte vienen los pocos o muchos conocimientos que podemos tener y la afición al coleccionismo militar.

P. Si le preguntara quién sería y al frente de qué batalla, ¿qué diría?

R. No creo en las batallas que son una burrada. No me veo delante de ninguna. Me veo en la batalla del día a día, intentando sacar adelante -que aunque parezca mentira cuesta mucho- esta batalla nuestra de conseguir que estas salas históricas del Museo de Navaleno sean atractivas, vaya la gente... Es nuestra batalla del día a día. Conseguir que los chavales pasen por ella y transmitirles lo que ha sido la historia. Una de las que hay es la historia de la bandera de España. Todos pensamos que la rojigualda la tenemos toda la vida y no es así, no es verdad. Es de 1847, reciente. Y transmitir eso y que la gente se vaya pensando que ha aprendido algo es una de esas batallas que merecen la pena y bonita. Y de las que podemos afrontar. Las otras ya se hicieron.

P. ¿La vida es una bandera o más de una?

R. Todas las asociaciones tienen algo que les representa. En el fútbol, por ejemplo, todos los aficionados van con su bandera. Y si te pones en la historia personal sí que seguramente tienes una bandera que te representa.

P. ¿De qué hablan las suyas, sean cuales sean?

R. Como bandera importante es la de España. Es la que representa nuestra historia de España. Aunque sea reciente transmite también, desde sus inicios hasta ahora, todo lo que hicieron nuestros antecesores hasta lo que hoy somos. Lo que seamos. Es la bandera que representa nuestra historia, a nuestra nación y nuestra nación tiene glorias y miserias y a ellas representa también. Cuando sales al extranjero y ves nuestra bandera dices 'aquí también está presente nuestra nación'. Seguramente a cada uno la bandera le da sentimientos diferentes, aunque represente lo mismo.

P. ¿Cuáles son esas sensaciones y por qué ese ánimo por difundir la historia?

R. Para los aficionados, la Historia es amplia, es imposible conocer todo. Pero si te das cuenta de la cantidad de sacrificios que han hecho nuestros antecesores..., cada uno no lo hacía seguramente pensando en su futuro. Esa bandera representa el esfuerzo que han hecho desde don Pelayo hasta el día de hoy, todos nuestros antecesores y familiares antiguos. Y cuando vas estudiando la Historia te quedas alucinado del esfuerzo que tuvieron que hacer. El esfuerzo que han tenido que hacer para conocer la España actual. Buena o mala es la que hay y tenemos que aguantarnos con ella. Y eso es lo que representa la bandera.

P. Tienen una vasta colección de uniformes en el museo y están preparando una exposición fuera de Soria. ¿El uniforme hace al hombre?

R. No. Vamos a ver, el uniforme es necesario para actividades del hombre. No te imaginas a la Policía Nacional o a la Guardia Civil vistiendo de paisano cuando va a hacer alguna actuación, pero tampoco a un médico. ¿El uniforme hace al hombre? No, representa lo que somos. La uniformidad como tal es necesaria en determinadas actividades, en el Ejército es fundamental y en la parte civil también hay uniformes que tiene que llevar la gente. En un hospital la gente va uniformada. Representa circunstancias.

P. Uno en el que usted se sienta cómodo.

R. En cada momento hay uno. Si vas a la montaña no puedes ir con unas zapatillas de deporte normales. Con mi ropa de paisano del día a día. He trabajado en empresas tecnológicas y antes tenías que llevar chaqueta y corbata y ahora esa indumentaria es casi 'antitecnología'. Me siento cómodo yendo de trapillo y no con chaqueta y corbata.

P. ¿Qué será de los hijos de este siglo, que la mili les suena a chino?

R. Hay milis y milis. Te puedo contar la que yo pasé, pero la anterior... Parece que todos recordamos, oímos a gente que ha estado en la mili... Pero la gente de la mili olvidó mal, olvidó las cosas malas que ocurrían y siempre te cuentan las anécdotas buenas. Los chavales de ahora también tienen su mili particular. Los universitarios tienen su Erasmus, van al extranjero, tienen que hablar en un idioma diferente al suyo, en un ámbito diferente. Y eso es la mili como aprendizaje de la vida. Los chavales de ahora tienen su mili en el Erasmus o en buscarse la vida, para encontrar casa...

P. ¿Qué aprendió usted en ella?

R. Sí, la hice. La primera cosa que aprendí es a convivir con mucha gente. Aprendí esa camaradería, que puede ser en la mili o en otro lugar, cómo ayudar, cómo estar, cómo comportarse... Aprendí a tener experiencias en la vida, que luego te vienen muy bien para otras cosas. Y también a conocer el Ejército, que luego me ha venido bien para estas actividades que hacemos. Desde el punto de vista vital, aprendí a estar con la gente, a tener muchos más amigos.

P. ¿Qué película es su momento vital?

R. Gladiator fue una película que me gustó mucho, bien hecha y representaba el esfuerzo de una persona a la que maltrataron los mismos suyos por intentar luchar por la línea que él pensaba que tenía que ir. Es la primera que se me ocurre.

P. ¿Por qué cree que lo militar se relaciona con la guerra y el belicismo y el antimilitarismo o la no violencia con lo contrario?

R. Porque desde pequeños nos han explicado mal lo que es el Ejército. En España por desgracia la Guerra Civil nos ha marcado mucho. Si te das cuenta los chavales ahora la tienen olvidada. Las guerras marcan mucho. Cuando en los medios de comunicación vemos las burradas que se hacen pensamos por qué eso no se puede parar. Hay gente que se cree que el Ejército está dedicado a las batallas, a esas guerras. Si te fijas, desde mi opinión, el Ejercito debe estar ahora mismo como disuasión para evitar las guerras. Si entendemos el Ejército como elemento fuerte, disuasorio, con el que evitar los conflictos bélicos, creo que querríamos más al Ejército.

P. ¿Qué le dice la palabra rendirse?

R. No cabe. No debería existir. Rendirte nunca, con nuestras guerras y victorias, momentos complicados en los que tirar la toalla, pero rendirse nunca.

P. ¿Qué hay en Navaleno que no encuentre en ningún otro lugar de Soria?

R. Nací en abril y en julio ya fui a Navaleno. Entonces las vacaciones eran de tres meses. Yo he aprendido mucho de la gente de Navaleno. Hace 67 años, que son los que tengo, las vidas eran muy complicadas. Mis amigos eran gente del pueblo de la cual he aprendido mucho. Ellos han tenido que luchar seguramente mucho más que la gente que era de la ciudad. La comida era más escasa, tenían que buscarse más la vida para trabajar y posiblemente en la ciudad no tanto. Puede que haya gente que haya estado en otros sitios y tenga la misma sensación que yo. El pueblo ha sido parte de mis conocimientos; aparte de los entornos, que son preciosos, tiene una gente brillante en todos los sitios.

P. ¿Qué guarda el Museo de Historia Militar  que no vemos a simple vista?

R. Lo que guarda es el cariño y el trabajo con que se ha impulsado. El año pasado la Asociación Retógenes, que es la que ha impulsado todo esto, cumplió 25 años. Lo que empezó como un ocio casi se ha convertido en un vicio. Y lo que guarda es la ilusión, el trabajo, el esfuerzo, cantidad de horas pensando, luchando... Nos ha permitido encontrar mucha ayuda de gente, dispuesta a echarte una mano constantemente. Muchos eran militares.

P. Vale coleccionar sellos o monedas, pero trajes y banderas requieren más espacio...

R. Chalados hay mucho en este mundo. (Ríe). Y te vas encontrando chalados que coleccionan muñecas y cualquier historia. Vas acaparando cosas; el síndrome de Diógenes es una cosa relativamente selectiva. Yo guardo cuadernos de cuando estaba en el colegio, las primeras nóminas... Es un problema genético y nos tocó la historia militar porque es la que más conocías. Además te gusta la Historia de España, a lo que sumas la cantidad de amigos que te han facilitado sus conocimientos; cositas guardadas que nos han dado que conforman parte de nuestras salas.

P. La base del museo está en Navaleno, pero también ejercen una importante labor de promoción fuera de la provincia.

R. Al principio, muchas unidades al celebrar sus aniversarios nos requerían para que les ayudásemos, para hacer exposiciones sobre su historia. Eso nos sirvió para ir recopilando cosas cosas. Actualmente hemos seguido avanzando. Ahora, colegios de la provincia van un día a la semana a Navaleno a conocer parte de la historia del Ejército. Mira la cantidad de cientos de chavales que han pasado por ahí, lo que nos parece fenomenal. Y algo interesante también es ir a los institutos y a los alumnos de últimos años se les ofrece información a cargo de los tres ejércitos y de la Guardia Civil. Hemos estado en Soria, por Cantabria y en otros lugares.

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