Heraldo-Diario de Soria

Restaurante Soto Playa, brasa y mimo entre los versos para Soria

El bar-restaurante junto al Duero ha logrado convertirse en pocos años en uno de los lugares más aplaudidos de Soria con una carta y una barra donde la materia prima manda

Elena Carrillo gestiona el establecimiento y se encarga personalmente de la afamada parrilla del restaurante Soto Playa.

Elena Carrillo gestiona el establecimiento y se encarga personalmente de la afamada parrilla del restaurante Soto Playa.MONTESEGUROFOTO

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El Bar Restaurante Soto Playa ha logrado convertirse en pocos años en uno de los indispensables de Soria. El enclave está cargado de poesía y la cocina de platos honestos, basados en ingredientes de calidad tratados con mimo para que mantengan su esencia. La banda sonora la pone el Duero, que fluye a escasos metros y añade aún más encanto a un rincón icónico de la ciudad.

«Hubo un momento en el que mi marido dijo que el río estaba desaprovechado, que había que apostar por él, y nos embarcamos en esta aventura. Y la apuesta mereció la pena», explica Elena Carrillo, alma del restaurante y artífice de que la parrilla sea clave en la propuesta.

Por el paraje del Soto Playa y las márgenes sorianas del Duero, un río al que no ha ‘encajonado' la ciudad, paseaba Antonio Machado con su joven esposa Leonor Izquierdo. También Gustavo Adolfo Bécquer se inspiró en estas riberas y Gerardo Diego -su ‘Romance del río Duero’ lo atestigua- plasmó en versos un rincón inigualable.

Hoy la poesía sigue fluyendo y atrayendo visitantes, pero ahora lo hace de la mano de una oferta gastronómica honesta. «La barra tiene pocas cosas pero de muy buena calidad» con unos torreznos excelentes o unas sabrosas croquetas de picadillo y huevo o de boletus... «En el restaurante apostamos por la parrilla en la que ofrecemos carnes a la brasa de primera calidad. También hay ensaladas, verduritas. La carta es corta pero yo siempre digo ‘corta pero buena’. Aposté por ello», detalla Elena.

Disfrutan de un Solete Repsol y de un público que repite. Parte del éxito a tenor de la demanda está en «las carnes rojas, chuletón y solomillo, parrillada de verduras y ensaladas», algunas con un toque sorprendente como la templada de chopitos. Más allá de la ‘chicha’ no faltan entrantes con curados o la longaniza trufada a la brasa; o pescados como la brocheta de rape con verduritas frescas y gambón a la plancha o el atún.

También es posible pedir un kilo de chuletillas para tener contentos a grandes y mayores o la hamburguesa XL de carne de angus. Para redondearlo, tarta de queso contundente, helados artesanos o la crema de queso con helado de mango son algunas de las opciones, siempre caseras.

El bar restaurante Soto Playa tomó el relevo de algunos antiguos establecimientos a mediados de 2016 para ofrecer gastronomía y calma, torreznos y versos, brasas y sobremesas. «Estamos muy felices en el río. Hemos hecho un público de 10 y excepto en la pandemia que fue dura, nunca hemos tenido ningún problema. Siempre el restaurante funciona bien y la terraza, en cuanto hay un rayo de sol, es maravillosa. La clientela aquí hace un ambiente suave, cómodo para trabajar. Es maravilloso trabajar aquí, es una satisfacción día a día. Puede que el entorno del río atraiga a ese público».

Poco a poco «busco alimentos nuevos que voy introduciendo pero siempre en la misma tendencia, siempre en la humildad, sin carnes ni pescados elaborados». Eso sí, el fijo es «el ‘torrenillo’. El Torrezno de Soria. A eso no podemos renunciar». Si llega a estar abierto cuando paseaba Machado, tendría su poema.

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