EL RUBICÓN
Que vienen los nuestros
Al suelo que vienen los nuestros. Qué bien le pega esta frase, que algunos atribuyen al ministro de Justicia del último Gobierno de UCD, Pío Cabanillas, será por aquello de que siempre la tenía en la boca y no era para menos, pero que acuñaba el Conde Romanones años ha, a los socialistas de León y de Castilla y León. Lo que no parecen ver, ni entender, será por aquello que desde las tierras altas de Soria, se ven las cosas diferentes, es que esos suyos que ahora excluyen y casi desprecian siempre han estado ahí. Y siempre han ido a lo suyo, que pocas veces coincidía con lo del resto.
Puede que el alcalde de León, José Antonio Diez, esté, como se dice en román paladino, meando fuera del tiesto socialista con lo de la autonomía leonesa, puede. Puede que haya hecho lo mismo con sus críticas al presidente del Gobierno y jefe máximo de su partido, Pedro Sánchez, tras el caso Koldo-Ábalos-Cerdán, puede. Y puede que siempre haga de su capa un sayo y hoy vaya y se siente, de buenas y sin una sola crítica y sin encomendarse a nadie, con el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, para hablar de León, puede también. Pero no es menos cierto que todo eso lo ha hecho, y lo sigue haciendo, dentro de ese socialismo leonés que ahora le trata casi como un apestado, olvidando que hoy por hoy es el máximo representante institucional del PSOE castellano y leonés. No en vano gobierna la capital de provincia más relevante, por población y peso p0lítico, de la Comunidad, junto con Valladolid. O, lo que es lo mismo, que sigue siendo su alcalde, el de PSOE, en la ciudad de León.
Y resulta que van los lumbreras del Partido Socialista, montan un sarao en León para mayor gloria y alabanza de su nuevo líder, el de las tierras altas de Soria, le piden permiso al Ayuntamiento, gobernado por su alcalde, y dejan fuera del mismo al anfitrión. ¿Alguien lo entiende? Dos días de saraos con inauguración, mesas por doquier y el regidor leonés no tienen hueco ni para saludar. Y van y se excusan en que lo invitaron por correo electrónico y por whatsapp, también podían haberlo hecho por paloma mensajera.
Los dicho, unos lumbreras, también conocidos como cerebritos, que no se dan cuenta que José Antonio Diez ya es, sin estar presente, el protagonista del sarao que le han montado los suyos en el jardín de su casa leonesa. Si es que ya lo acuñó Romanones, al suelo que vienen los nuestros. El problema del PSOE es que nunca se han ido.