Heraldo-Diario de Soria

EL LADO OCULTO

Unos leones muy viajeros

‘Nacieron’ en 1788 y su primera guarida fue la plaza Mayor, lugar donde ahora está la fuente de los Leones que ha tenido una agitada vida

Fuente de los Leones-MARIO TEJEDOR

Fuente de los Leones-MARIO TEJEDOR

Publicado por
P. P. S.
Soria

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Pocas veces unos leones tan longevos tienen a sus espaldas una trayectoria tan viajera. A estos les pintan ya unas invisibles canas con sus casi dos siglos y medio de vida, aunque ahora, y desde hace tiempo, permanecen inamovibles y ajenos a la mucha vida que hay a su alrededor. Hablamos de los dos leones que pueden verse en la fuente a la que dan nombre: la fuente de los Leones, situada en la plaza Mayor de Soria. En sus obligadas correrías han estado en el parque de la Dehesa, en las faldas del Castillo y hasta se dieron una vuelta por los almacenes municipales.

Sufragada por la Sociedad Económica de Amigos del País de Soria, se levantó en el año 1788 según puede leerse todavía en el pedestal. Es a mediados de 1936 cuando la fuente se desmonta para ser restaurada y se la traslada al Alto de la Dehesa, donde permanecen los leones hasta 1954, cuando se decide ubicar allí el Monumento de los Caídos.

Para su nuevo destino se barajaron varias ubicaciones, como la plaza de San Pedro o la de Cinco Villas, cerca del colegio de La Arboleda, donde no llegó a montarse pese a que las piezas llegaron a estar allí puestas. Finalmente, se reubicó a la fuente en el parque del Castillo, al final del paseo central.

La fuente de Los Leones regresó a su primigenia ubicación tras la renovación urbanística acometida en la Plaza Mayor en 1987, aunque no en el lugar que había ocupado siempre, sino en el actual, donde da la bienvenida al siglo XXI, delante del llamado Arco del Cuerno y mirando los leones hacia el edificio del Ayuntamiento y la calle Fuentes. “En la etapa anterior, es decir, antes de iniciar el largo peregrinaje que comenzó con su traslado al Alto de la Dehesa, estuvo en el lado derecho de la plaza, nada más llegar a ella desde el Collado, mirando al reloj de la Audiencia, entre el rincón de la casa donde estuvieron el taller de El Armero y las oficinas de la Sociedad de Cazadores” y una tienda de tejidos que había en la esquina. Así lo detalla el escritor local y estudioso de la historia de Soria Joaquín Alcalde, en un artículo publicado en este medio de comunicación hace más de diez años.

Objeto de más de un acto vandálico a lo largo de su historia, la fuente no despierta mayores pasiones, si bien hay unos cuantos días al año en que más de un espontáneo se atreve hasta abrazarla, pese a que está prohibido. Las fiestas de San Juan y concentraciones de público con motivo de alguna actuación dan pie a que jóvenes e incluso niños intenten escalar la fuente.

La de los Leones es una fuente ornamental neoclásica del siglo XVIII, durante el reinado de Carlos IV. Los animales están sobre un montículo de rocas y vierten agua por la boca en dos pilas, rodeadas por dos serpientes que, a su vez, derraman el agua al suelo. En el centro se alza un pequeño obelisco escamado sobre una base rectangular, coronado por una piña.

El petril de piedra que ahora se aprecia alrededor está modificado con respecto al inicial, ya que hasta su ubicación anterior en el Parque del Castillo era continuo. Ahora están únicamente las piezas de los frentes y las esquinas unidas con cadenas. En el frontal aparece el escudo de la Ciudad de Soria.

¿Será el actual el último emplazamiento de los leones viajeros?

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