Soria registra cuatro empresas y dos entidades que han firmado el Pacto de Economía Circular

Son cuatro las empresas ubicadas en la provincia de Soria que han firmado el Pacto por la Economía Circular de Castilla y León, que presentó la Junta el 3 de abril, un acuerdo voluntario por el que las entidades firmantes manifiestan su compromiso para desarrollar un modelo de economía circular en su actividad. Se trata de Copiso, Torraspapel, Bioeléctrica de Garray y Gestión de Residuos Soria. Además, se han sumado dos entidades con ‘sello’ provincial: La Diputación y la Cámara de Comercio.

Seis firmantes que se comprometen con un pacto que ya lo han firmado 119 entidades, públicas y privadas de toda la Comunidad. Entre ellas, además de empresas, hay ayuntamientos, entidades locales, de carácter social, cámaras de comercio o colegios profesionales y universidades.

Cabe señalar que se han sumado al documento otras tantas grandes compañías y entidades que tienen presencia en la provincia de Soria, como Ecoembes, Eulen, la Universidad de Valladolid, UGT, el Instituto Tecnológico de Castilla y León, el Banco Sabadell, o la Asociación Española de la Biomasa (Avebiom), entre otras.

Al acto de presentación, que corrió a cargo del consejero de Economía y Hacienda de la Junta, Carlos Fernández Carriedo, asistieron el director general de Copiso, Pascual López, y la responsable de Medio Ambiente y Responsabilidad Social de la cooperativa, Carmen Yagüe. Por parte de Enso, la matriz de Bioeléctrica de Garray, acudió Elías Heredia, director del Área de Proyectos.

La Junta aprobó en octubre del 2021 la Estrategia de Economía Circular de la Comunidad. Se desarrollarán una serie de medidas orientadas a fomentar y fortalecer el compromiso global con la economía circular. Asimismo, se contribuirá con ello a acelerar la transición de toda la sociedad hacia ese nuevo modelo económico. Una de las medidas previstas era, precisamente, la creación y puesta en marcha de este Pacto. Esta iniciativa está cofinanciada por la UE a través del proyecto Circular Ecosystems, dentro del programa Interreg Poctep.

Copiso constata que el 70% de las materias primas que utiliza en su actividad -como es la elaboración de piensos- las producen sus propios socios agricultores. Desde su creación, en 1967, la cooperativa Copiso tiene en su ADN un modelo económico que después se ha llamado economía circular. Desde el inicio, ha potenciado una manera tradicional de entender la actividad agraria como algo integral, complementando la parte agrícola y ganadera. Copiso cierra todo su proceso: siembra de cultivos, elaboración de pienso y gestión y producción ganadera. Sistema al que se han unido la investigación y las nuevas tecnologías sobre energías renovables, aprovechamientos de fertilizantes orgánicos y otras acciones sostenibles del ámbito medioambiental.

Torraspapel, del Grupo Lecta, tiene la protección del medio ambiente como principio básico, focaliza su esfuerzo en esta área y rinde cuentas de los resultados de las buenas prácticas e inversiones para reducir el consumo del agua, garantizar y aumentar la compra de madera y celulosa certificada o seguir mejorando en eficiencia energética, punto este último para el que más de 25 proyectos se pusieron en marcha en 2022. Además, tiene un ambicioso objetivo de reducción de las emisiones de CO2 acorde con el sólido plan de descarbonización emprendido por la compañía, siempre en base a la metodología SBTi (Science Based Targets Initiative), un estándar mundial de referencia para la transición a una economía baja en carbono.

Por su parte, Gestión de Residuos Soria SL proporciona soluciones para el desarrollo sostenible tratando, reciclando y gestionando correctamente residuos. Su prioridad es la reducción, gestión y valorización de los residuos que genera la construcción y la industria. De hecho, centra su actividad en la prestación de servicios medioambientales a la industria.

Y Bioeléctrica de Garray, del Grupo Enso, que con aproximadamente 100.000 MWh de producción anual de energía a partir de la biomasa evita la emisión de unas 24.100 toneladas de CO2 y proporciona el equivalente al consumo eléctrico de unos 27.000 hogares. Además, plantea una futura planta de CCU (Captura, Limpieza y Uso de CO2), en la que junto con su socio Carburos Metálicos se limpiará parte de los gases de la central y con el dióxido de carbono capturado se generará CO2 de origen renovable para usos industriales o alimentarios. Este proyecto de economía circular innovador y pionero ha sido adjudicatario de una ayuda europea dentro de un programa Life (Life CO2 INT Bio) y fue finalista en 2019 de los Premios CEX otorgados por los Centros de Excelencia a nivel nacional. Cabe recordar que fue la primera central de biomasa en ser admitida por Red Eléctrica Española en la Banda de Regulación (centrales que ayudan a regular el sistema eléctrico) y es considerada parte de las centrales críticas o estratégicas del sistema debido a su gestionabilidad.