Heraldo-Diario de Soria

El somormujo prefiere bucear a nadar en barco por el Duero

Turismo Soria la sitúa como una de las aves frecuentes en la zona del río a su paso por la capital, junto con decenas de animales acuáticos y terrestres

Somormujo nadando en el agua.

Somormujo nadando en el agua.HDS

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Los valores naturales que aporta el Duero a su paso por Soria son increíbles. Con una vegetación propia de la ribera, con chopos, álamos, sauces, la zona del padre Duero ofrece una postal en la que también caben coníferas y acacias en las laderas del Castillo y arbustos aromáticos en la Sierra de Santa Ana. Y caben, asimismo, animales. «No podemos omitir la fauna», suscribe Turismo Soria, citando algunos ejemplos del medio acuático, como los barbos, truchas, bermejuelas, cangrejos, ranas, sapos, libélulas, fochas, garzas y nutrias. El medio se retroalimenta y unos sirven como medio de vida a otros. A orillas del río podemos ver aves grandes, como el cormorán y la garza real, «que no desaprovechan la ocasión de pescar algún barbo o bermejuela».

También es posible ver somormujos, una de las aves acuáticas más frecuentes del Duero y mejor adaptadas a las aguas profundas.

Lagartos, ciervos, tejones, incluso las cabras que custodian la ermita de San Saturio, por no hablar de los diversos tipos de rapaces que surcan los cielos en esta zona de Soria, desde el alimoche, al cernícalo común, pasando por el buitre leonado o el halcón peregrino. Todas las especies competirán algún día, sin saberlo, por ser los mejores en la postal que se vea desde el barco que surcará las aguas del Duero en Soria.

Es la idea del Ayuntamiento que con una embarcación que aspira a recorrer la distancia entre el Sotoplaya y el embalse de Los Rábanos. Puede que algún pato o incluso una curiosa nutria se acerque a husmear cuando se ponga en marcha la hipotética embarcación, pero no lo hará el somormujo, más cercano a los chapuzones subacuáticos.

La organización Seo BirdLife hace sugerente retrato de esta especie «»inconfundible por su largo cuello» y el mayor integrante de la familia de los zampullines y somormujos en España.

«Presenta un estereotipado cortejo nupcial, época en la que su plumaje adquiere un llamativo diseño facial, con penachos y expansiones de plumas muy característicos. Habitante habitual de una gran variedad de humedales, incluidos embalses y otros enclaves artificiales, esta ave acuática puede ser observada en nuestro país tanto en el periodo de cría como durante la invernada».

Sea la temporada que sea, y cualquier plumaje, ya que varía en función de la estación, el largo cuello del somormujo constituye «un buen rasgo diagnóstico». En vuelo podemos observar la esbelta complexión que tiene, con su largo cuello estirado, y su batir rápido de alas hace ver las zonas alares blancas a modo de destellos, según la descripción que hace la citada organización, una de las más antiguas del país en la función de conservación y preocupación por la naturaleza.

«No existen diferencias entre sexos. Los juveniles resultan similares a los adultos en invierno, aunque poseen en la cara un dibujo de líneas negras que los distingue».

El somormujo lavanco, la especie que según Turismo Soria puede verse en las márgenes del Duero, está incluido como especie reproductora y como invernante-migratoria en la Lista Roja de las Aves de España, aunque en una categoría no preocupante en ninguno de los dos casos.

Según la Seo, esta ave tiene tendencia a elegir embalses para criar, si bien tiene una alta adaptabilidad para ocupar medios artificiales, lo cual supone una ventaja, pero a la vez puede entrañar problemas ante la posibilidad de inundaciones de sus nidos.

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