Heraldo-Diario de Soria

Centenarios

El centenario de Claudia en Duruelo y el resumen de su vida en cuatro palabras: "He sido muy feliz"

Los recuerdos se agolpan en la memoria de Claudia Cámara García, amante de la máquina de coser y la costura, como cuando hace unos años le cogió los bajos del pantalón al cura, estando ya de residente en Cuna del Duero

La centenaria posando con su familia en la celebración de su cumpleaños.

La centenaria posando con su familia en la celebración de su cumpleaños.HDS

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Soria

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Primero en Burgos, donde nació; luego en Covaleda, Herreros, Sabadell, hoy en Duruelo. Las vivencias y los recuerdos se agolpan en su memoria, especialmente en un día como el de hoy en que Claudia Cámara García ha cumplido 100 años. Lo ha hecho en la residencia de Duruelo de la Sierra, acompañada de su familia y de la alcaldesa y diputada Cristina Rubio, además de otros residentes y personal del centro. La centenaria ha recibido una placa conmemorativa y el pergamino con el acta de nacimiento por parte de la Diputación y un ramo de flores del Ayuntamiento.

Ella, quizá sin quererlo, ha dado toda una lección de sencillez y agradecimiento con las cuatro palabras con que ha resumido su vida: "He sido muy feliz", tal y como recoge la nota remitida por la institución provincial.

Claudia Cámara García nació el 7 de agosto de 1923 en Fesnillo de las Dueñas, provincia de Burgos, donde pasó su infancia y parte de su juventud, sus padres José y Felisa tuvieron otros tres hijos, Tomás, Francisco y Sebastiana.

Como hermana mayor, desde muy pequeña ayudaba a su madre en las tareas del hogar y en el cuidado de sus hermanos. Ya en su juventud, al ser su padre de Covaleda, conoció en esa localidad a Fede quien sería su marido más tarde.

Se trasladaron a Herreros a vivir, ya que Fede tenía una tienda de comestibles y jabones, y allí nació su primer hijo, llamado Federico (Quin). Con el tiempo se instalaron en Covaleda naciendo otros dos hijos; Mariano y Carmina. Con la etapa de pobreza y carencias de la época emigraron a Sabadell, allí Claudia servía en casas y su marido fue conductor.

En la década de los 60, la familia vuelve a Covaleda y montan un taller mecánico, conocido en toda la comarca, pasando el negocio de padre a hijo y en la actualidad a su nieto Fernando.

Claudia ha sido una mujer muy hogareña y familiar, de carácter bueno, callado y tranquilo, su gran pasión ha sido la costura, realizando mantelerías, toallas… incluso las ropas de sus hijos. El punto y el ganchillo han sido otra de sus pasiones, le ha gustado mucho jugar a las cartas con las amigas en su casa, al guiñote, el rabino… también a los juegos populares de los bolos y la rana.

Junto con su marido y la cuadrilla de amigos organizaban comidas e iban a bailes, también realizaron numerosos viajes por la geografía española y llegaron a celebrar las bodas de oro. Como ella dice, "Fede me quería mucho".

En la actualidad reside en la Residencia Cuna del Duero desde hace cinco años en Duruelo de la Sierra, se ha adaptado bien y en los primeros años seguía cosiendo con su máquina de coser que le llevaron a su habitación. Como anécdota, le cogió los bajos de un pantalón al cura, don Jesús.

También participa en las actividades organizadas por la residencia, puzzles, bingo, dominó… Allí recibe la visita de sus familiares y en alguna ocasión va a casa de los hijos en Covaleda.

Su salud es buena, sólo toma una pastilla para la tensión y su mayor dificultad es la movilidad. En la actualidad tiene 7 nietos y 9 bisnietos, está muy orgullosa de la familia que ha formado. Por ello esta fecha es muy importante para todos y la celebran por todo lo alto. Y lo más importante de todo, en palabras de ella: “He sido muy feliz”

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