Medio Ambiente
Almazán mira (mal) a las colillas en su última campaña ambiental
La campaña #cuidAlmazán apuesta por concienciar a los vecinos sobre este tipo de residuo enormemente frecuente y coloca nuevos puntos para recogerlos
Los peligros del tabaco para la salud son de sobra conocidos. Pero hay un 'efecto colateral' sobre el medio ambiente, el de los millones y millones de colillas que acaban por los suelos o en ríos y océanos. Para concienciar sobre este problema, Almazán se ha puesto manos a la obra con una campaña que más que 'echar la bronca' trata de concienciar de forma amable.
La concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Almazán reedita la campaña de educación ambiental #cuidAlmazán, y ya son cuatro ediciones de la iniciativa.
Las dos primeras, en el año 2019 y 2021 se dirigieron a las acciones que cada uno puede hacer para mejorar el estado de conservación medioambiental del entorno más cercano entorno. En 2022, la tercera campaña #cuidAlmazán ensalzaba las fechas destacadas relacionadas con la protección y conservación de los recursos naturales. Y este año 2023 se dirige a concienciar sobre las dañinas consecuencias de arrojar colillas en el entorno, campaña en la que colabora como en anteriores ocasiones ASDEN y Ecologistas en Acción-Soria.
Constituyen el primer residuo en abundancia en el planeta y hasta dos tercios de los cigarrillos fabricados al año acaban en los océanos y en los ecosistemas naturales.
El ayuntamiento aborda esta temporada con distintas acciones. Primeramente, cartelería didáctica para presentar en redes y en el municipio, enfocada a conocer los peligros de la presencia de colillas en aguas y suelos. En este sentido, Teresa Ágreda, responsable de Medio Ambiente, destaca la cantidad de sustancias contaminantes presentes en las colillas, especialmente en el filtro. Está compuesto de acetosa de celulosa, en esencia un plástico, que, además de contaminar los ecosistemas, puede ser ingerida por animales marinos generando un gran problema medioambiental, llegando incluso al ser humano en la cadena alimentaria. La dificultad añadida de las colillas de tabaco es que además tardan más de 10 años en degradarse.
Asimismo, el Ayuntamiento ha provisto los edificios municipales de ceniceros específicos para colillas facilitando a los adnamantinos su deposición en lugares controlados y evitando así que de la calle pasen a las aguas y suelos. Uno de los ceniceros además permite entretenerse votando por un Almazán limpio y sostenible.