Heraldo-Diario de Soria

Entrevista. Raúl Romero Bartolomé

Un experto compara la riqueza de la historia de esta ciudad con encontrar petróleo en el desierto de Texas

Se llama Raúl Romero Bartolomé y su pulso vital late con la investigación histórica, especialmente con todo lo que tenga que ver con el siglo X y la recuperación de la memoria de los judíos, un colectivo "fundamental en Castilla hasta el siglo XVI", dice. Autor de diversas publicaciones, este economista experto en historia medieval ha investigado nombres e historias y rescatado figuras como la de Miguel Pérez de Almazán, un judío converso natural de Almazán -como él-, secretario de los Reyes Católicos.

Raúl Romero Bartolomé.MARIO TEJEDOR

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P. ¿Qué le aporta la Historia o la investigación que no le dé la Economía, a lo que se ha dedicado?

R. Me aporta muchísimo, todo el sentido de mi vida. La Historia es mi vocación frustrada y mi vocación auténtica.

P. Economista y alto ejecutivo, ¿qué le hace zambullirse en la Historia?

R. Soy un discípulo de José Luis Sampedro, un extraordinario economista y no menos extraordinario escritor. Tengo anécdotas con él fantásticas y de alguna manera he tratado de emular su vida: trabajando en la Economía, pero a la vez procurando escribir, sobre este tipo de temas. Hace ya 20 años que escribí por primera vez sobre un personaje judío español que era completamente desconocido para el gran público, Hasday ibn Shaprut, que fue el primer ministro de Abderramán III en el siglo X. De tal forma que mi acercamiento a la Historia nació de ahí, me enamoré del siglo X español. 

Cuando me preguntan cuál es el viaje más bonito que has hecho en tu vida, siempre contesto que el viaje al siglo X español. A partir de ahí fue un flechazo importante. Mi trayectoria ha ido un poco en paralelo a José Luis Sampedro. Él también escribió una obra sobre los 40 años, El río que nos lleva, que se hizo muy famosa, y luego empezó a escribir cuando se jubiló. De alguna manera he seguido su ejemplo, lo he seguido siempre. Estoy en esa etapa de mi vida.

P. Y se enamoró tanto, tanto del siglo X, que no le importaría nada que la frontera del Duero en aquel tiempo se declarara Patrimonio inmaterial de la Humanidad.

R. Es así. He desarrollado una web educativa sobre la Extremadura soriana, porque pretendo realzar un poco la cultura, la historia, el arte de toda esta tierra que es impresionante, maravillosa. El primer contacto fue a través de la Asociación de Amigos del Arte Medieval español y fue el conocimiento, profundo ya, de la ermita y los acontecimientos históricos que rodearon a la ermita de San Baudelio de Berlanga. He escrito un libro y tengo una tesis sobre la ermita como mausoleo islámico levantado en memoria de soldados caídos. Ahí documento y analizo todos los episodios históricos del siglo X que llevaron a construir ese mausoleo. La investigación histórica me apasiona, me implosiona de una manera tremenda. Cuando sufrí la enfermedad tenía una lista de temas para escribir y el primero era Miguel Pérez de Almazán, un judío converso, un gran personaje de la historia del siglo XVI en Castilla, secretario de los Reyes Católicos.

P. Después vamos a él. ¿Qué tiene en común con un hombre del siglo X?

R. El siglo X es fascinante, uno de los siglos más densos y políticamente más importantes en la historia medieval española. Desde el momento en que Abderramán III es elevado al emirato cordobés, luego al califato, todo el proceso que hubo de emigración mozárabe hacia el norte de la península... Es un siglo tan fascinante que me cautivó completamente. (¿Qué tiene en común?). Quizá esa tremenda curiosidad y esas enormes ganas de descubrir el mundo y de contactar con otras regiones, otros países... Todo lo que Hasday representaba. Es un poco lo que me une y lo que me enamoró del siglo X. Yo tengo un poco de eso, de aventurero, de hombre emprendedor y de estudioso también.

P. ¿Qué etapa histórica de Soria le atrapa más y por qué?

R. De Soria lo que más en profundidad he estudiado son los siglos XIV y XV. Soria era el auténtico motor económico de Castilla, una provincia realmente muy rica, el motor de la principal industria que tenía Castilla en aquella época, la industria ganadera, la de la lana. Castilla fue el reino más importante de Europa y emergió como un gran reino temido por toda Europa. Y dentro de esa riqueza económica, Soria fue la provincia más relevante, primero por la industria de la lana y segundo por el comercio de fronteras. Todos los intercambios económicos entre Castilla y Aragón tenían lugar en la provincia de Soria.

P. ¿Y qué momento le deja frío y por qué?

R. La historia de Soria no me deja frío. Es una historia económicamente muy importante en la Baja Edad Media. Hay una tendencia al olvido, o a pasar muy de puntillas, de todos los historiadores sobre lo que es la historia económica. La política, la religiosa... se estudian mucho, pero es como si hubiese cierta displicencia a estudiar el tema económico. El historiador es una persona de letras y la historia económica no le ha atraído bastante. A Máximo Diago Hernando sí, aunque de forma coloquial hablaba de la economía de la zona. Pero no en general. El rabino mayor de Castilla fue el primer gran ministro de finanzas del reino, un hombre que sacó a Castilla de la quiebra.

P. Cambiamos de tercio. La historia de San Baudelio clama al cielo. Hablo del infame expolio. ¿O no?

R. Evidentemente sí. Se han manejado opiniones sobre que se trató de una venta legal... (Le pregunto por su opinión). Fue el monumento más importante de todo el arte español, el momento andalusí civil más al norte de toda la Península Ibérica y de toda Europa. No existe nada igual. No hay mausoleos islámicos en toda Europa salvo otros mucho más modernos en Bosnia Herzegobina. Es un monumento único en el mundo y debería ser Patrimonio de la Humanidad, por supuesto.

P. ¿Verlo así qué le produce?

R. Por un lado me produce tristeza y, por otro, me causa una enorme satisfacción por haber llegado a conservar lo que se ha conservado. Hoy día con la tecnología que hay se puede reproducir en 3D lo que fue la ermita en su día. Y se puede reconstruir completamente, no al lado, pero sí en Berlanga u otro lugar. Eso no se puede decir de otros muchos monumentos. Obviamente el expolio destrozó todo aquello. Hay que conseguir que esa ermita sea nominada Patrimonio de la Humanidad, porque no existe otra cosa igual en toda Europa.

P. ¿Qué augura en su mejor sueño para el Palacio de Almazán?

R. En el Palacio de Almazán me gustaría ver, y he hecho alguna gestión en torno al tema, un gran hotel, en un edificio muy singular  de las mismas o idénticas características de lo que fue la Universidad de Santa Catalina en El Burgo de Osma. Y allí se ha construido un complejo hotelero maravilloso. No solamente esto, un gran hotel, que sería fascinante. El edificio vale para otras muchas cosas, sala de exposiciones, museística... 

Hay datos culturales en Almazán que son dignos de admiración, desde María de Molina hasta Tirso de Molina, pasando por la Compañía de Jesús, y poder hacer ahí una sala de conmemoración de lo que es la Compañía de Jesús recordando a Diego Laínez; sobre la trashumancia y volvemos al tema económico. En Almazán se cobraban los impuestos de la trashumancia. Hacer un centro de interpretación de la trashumancia sería fantástico. 

Otro centro de interpretación de la cultura judía en Almazán; la figura de Miguel Pérez de Almazán; los Reyes Católicos... Almazán tiene una historia tan exuberante, tan fascinante que el Palacio debería servir para mostrar al mundo toda la riqueza cultural, artística de Almazán. Tiene una cantidad de recursos turísticos extraordinaria que convendría poner en valor cuanto antes.

P. ¿Qué hay en la identidad de Soria?

R. Hay un sustrato cultural, histórico sobre todo, y artístico y monumental impresionante en toda la provincia. Desde Numancia, pasando por Medinaceli y su Arco Romano a Bretún... Hay una cantidad de recursos culturales impresionante. Y los sorianos deben poner en valor todo ese patrimonio. Hay que pensar que la historia del arte y la cultura de toda la provincia es similar a lo que fue el petróleo en Texas. Es decir, un recurso que hay que explotar de una manera tremenda. 

Todo lo que fue la presencia de los musulmanes en la provincia, que duró 175 años, la frontera estuvo ahí, en la provincia de Soria. El entramado defensivo más importante que existe en el mundo en esa época está en la provincia de Soria, estaba en la red de atalayas árabes. Son las torres de vigilancia, que son únicas en el mundo. No existe otra red defensiva con el propósito que se hicieron en Soria. Es un patrimonio realmente fabuloso. Eso es lo que tienen los sorianos y creo que tienen que encontrar: ese amor por su tierra, por su cultura, por su arte.

P. Al hilo de lo que dice, ¿peco de pesimismo si me pregunto por qué Soria es tan rica en Historia y tan pobre en futuro?

R. Bueno... No debes ser pesimista. La historia cambia muchísimo. No tiene nada que ver la provincia cuando en este país había dos reinos, el de Castilla y el de Aragón, con lo que fue después. A partir de la unificación de España, con Carlos I, la decadencia fue y ha sido imparable en todos los órdenes de cosas. Y ya la Revolución industrial termina de machacar a la provincia. Es la realidad. ¿Qué sucede? La provincia no tiene una red de comunicaciones medianamente potente y que haga atractiva la presencia de industrias, como sucedió en otras provincias en los años del desarrollismo. 

Madrid se llenó de sorianos en los 60 y 70, pero también de extremeños, de cacereños, de castellano-manchegos... absolutamente de toda España. En este proceso se empobrecieron las zonas rurales como las nuestras. Pero eso es lo que hay que aprovechar ahora mismo, cuando el turismo de sol y playa tiende a desaparecer, y cada vez los extranjeros quieren conocer el interior de España es el momento para poner en valor y potenciar todos estos recursos. También los naturales.

P. Me consta que hay adnamantinos que se han enterado de quién fue Miguel Pérez de Almazán por usted.

R. No solo adnamantinos. Estamos ante un personaje que fue ocultado deliberadamente, primero por Cisneros porque era un adversario importante para él. Y no digamos nada con Felipe II, toda la historia de los judíos españoles fue ocultada deliberadamente. Es una pena, pero es así. 

No sucedió solo con los judíos. Después en el XVIII fue con los jesuitas. Hoy preguntamos en España por las grandes figuras jesuíticas y la gente contestará San Ignacio de Loyola, quizá San Francisco Javier y para de contar. Diego Laínez fue el segundo general de la Compañía de Jesús, un hombre realmente fantástico y sales de Soria y nadie lo conoce. Y lo mismo sucede con Baltasar Gracián, uno de los más geniales escritores que ha tenido este país: completamente olvidado, nadie lo recuerda. Un hombre traducido a 130 idiomas. Uno de sus libros, el Oráculo manual y Arte de la prudencia, ha sido libro de obligada lectura en todas las universidades de Psicología, Ciencias Políticas, Sociología... de medio mundo. Hay personajes que han sido completamente olvidados. Rescatar la memoria de todos ellos me parece una labor a la que pienso dedicar mi vida.

P. ¿Qué nos dejaron que no veamos los judíos que vivieron en esta tierra?

R. Yo siempre me he acercado a este mundo en comparación con la realidad actual. Nos dejaron ese afán de trabajo, de constancia, de tesón, de amor a la tierra, de dedicación plena al trabajo, con el sudor a la frente que tienen todos los sorianos. Es una nota que todos los judíos mostraron en su época. Hay que tener en cuenta que hace 500 años que no ha habido presencia judía en la provincia de Soria, pero esa idiosincrasia que tienen los sorianos es una idiosincrasia muy judía. 

Siento mucho decir que tenemos mucho de judíos, más que de moriscos. Es por el sur por donde existen más coincidencias en los genes con los árabes y los musulmanes. Pero en la provincia de Soria somos judíos y no podemos negar esto. Muchas de las cosas buenas que tienen los sorianos -que son muchas- son heredadas de los judíos y del pueblo judío.

P. Es usted vicepresidente de la Asociación Cultural Tarbut Sefarad y su delegado en Soria. ¿De qué se encarga?

R. Es arreligiosa. Es una asociación cultural que se dedica a poner en valor y dar a conocer todo el legado cultural sefardí en España. Existe una inquietud y un interés extraordinario en el mundo judío por recuperar sus raíces; la tradición judía no puede llevar bien tener un lapso de tiempo tan grande en la historia. Recuperar la historia del mundo judío desde la creación del mundo, allá por el 5.700 y pico antes de Cristo hasta hoy, es una historia que los judíos dedican un esfuerzo enorme a recuperarla. Y yo entré en contacto con ello precisamente por esto mismo, porque vieron en mi trabajo un trabajo de recuperación de la memoria histórica de todos estos judíos sefardíes y para mí es un honor representarles hoy y trabajar con ellos. 

La palabra tarbut es cultura en hebreo. Hay dos grandes colectivos los ashkenazim, que provienen del norte y centro de Europa, fundamentalmente Alemania, y los sefarditas, entre España y Portugal, que salieron por el Mediterráneo y todo el mundo. Hay sefardíes en el viaje de Colón, con muchos judíos conversos; y judíos que llegaron al Nuevo Mundo con Colón. Allí se ha desarrollado el judaísmo a raíz de todos aquellos judíos españoles que llegaron con Colón a América.

P. A propósito de estas jornadas en el Instituto Antonio Machado en las que va a participar, no descubro nada nuevo si le digo que hablar de judíos no está de moda y menos aún reconocer su peso en la historia.

R. Evidentemente no está de moda, al revés. Hoy hay un sentimiento antisemita muy extendido. Es una realidad. Pero se trata de recuperar la historia. Yo no hago apología, ni política de ningún tipo. No se trata de eso. Mi trabajo es recuperar la memoria histórica de un colectivo que fue fundamental en la historia de Castilla hasta el siglo XVI. Solo de conocer nuestro pasado, nuestras raíces, que efectivamente la cultura judía tiene raíces en nuestra tierra. El sentimiento antisemita que hay hoy está muy esparcido, por supuesto, pero también hay que pensar que el pueblo judío ha sufrido como ningún otro en la historia. No solo con el holocausto.

P. Una idea para reactivar la economía de Soria y otra para rentabilizar su historia.

R. La receta es la que estoy ya cocinando. Ya he construido esa web de la Extremadura soriana y también una ruta que pretendo comercializar. La idea es toda una. Tengo una agencia de viajes, he trabajado 15 años en turismo y ese tiempo me ha permitido abordar esa profesión vinculada al turismo de una manera importante. Es lo que estoy aportando y voy a aportar. 

Para este verano he creado una ruta con la Fundación deArte de Medinaceli y Miguel Tugores, una ruta de arte por la Extremadura soriana. Tengo preparados viajes de cinco, cuatro días por esa ruta y, a partir de ahí, lo que pretende esta agencia es dar a conocer toda la provincia de Soria, de norte a sur. 

Hay otra ruta con todos los senderos judíos de la provincia, desde Ágreda, hasta Deza, Soria, Almazán, Berlanga, Medinaceli... Es algo que también se puede potenciar. Todo lo que tenga que ver con la recuperación histórica y artística de la provincia es mi receta y a la que me estoy dedicando.

P. ¿La historia depende de los ojos o simplemente es?

R. La historia es. Lo que difiere es la forma de contar la historia. Siempre se ha dicho que son los vencedores los que narran la historia y la amoldan a sus necesidades, convicciones, ideologías... La historia la interpretan los que ganan y los que pierden. La historia es una y se interpreta de muchas maneras distintas. Y las redes sociales han contribuido a difundir mucha mentira alrededor de todo, lo que es una verdadera pena. 

No es un momento en que la verdad florezca y los que buscamos la verdad somos bichos raros. Lo único que pretendemos es sacar a la luz la verdad de los hechos históricos, que es uno nada más y hay que estudiarlo desde diversos puntos de vista para llegar a esa verdad. Una labor muy profunda de la historia desde los diferentes prismas y obtener una conclusión propia.

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