Hablar de micología es hablar de Soria, donde setas y hongos tienen un paraíso particular durante muchos meses del año, en función de las especies. Pero es especialmente en otoño cuando el reino fungi se puebla. Con el mayor acotado micológico de Castilla y León, Soria ofrece el recurso micológico se ha convertido en uno de los pilares económicos de la provincia desde diversos frentes: gastronomía, micoturismo, educación ambiental, investigación, sostenibilidad del medio forestal... o simplemente ocio. Un paseo por el monte deja siempre buen sabor de boca y más a estas alturas del año, cuando es más que probable encontrar alguna de las setas más frecuentes en la provincia. Eso sí, hay que tener en cuenta que este 2025 el inicio de la temporada micológica va con retraso.
Delicias de los montesHDS
Rebozuelo
Es una de las setas que resultan más fáciles de conocer por su peculiar color amarillo. De nombre científico Cantharellus cibarius, el rebozuelo tiene un tallo en forma de tubo, largo y delgado. Una de sus características es que en lugar de láminas bajo el sombrero tiene pequeños pliegues. Este sombrero es hueco y pequeño, como todo el rebozuelo, ya que se trata de una seta pequeña. Esta seta de otoño crece en bosques de coníferas y frondosas y lo hace también en verano, en zonas húmedas y donde hay musgo. Su carne es amarillenta, con sabor dulce y un aroma más bien afrutado. Puede consumirse cruda y sin cocer previamente, pero resulta exquisita en platos elaborados con carne.
NegrillaHDS
Negrilla
La negrilla es una seta muy conocida y abundante en los pinares de la provincia de Soria. Perteneciente al género Tricholoma, estamos ante una especie otoñal que aguanta bien el frío. Es una seta pequeña, con un sombrero de entre 2 y 8 centímetros que, según va creciendo, se vuelve campanulado, de cónico a aplanado. Su pie es cilíndrico, bastante recto, delgado y de color blanquecino. La carne de la negrilla es blanca en el interior con matices grises y tiende a estropearse pronto porque es una seta frágil, así que se recomienda cocinarla pronto. Tiene un sabor suave y dulce. Brota en grandes grupos en los que es posible encontrar muchos ejemplares. Su nombre científico es tricholoma terreum y le gustan los bosques de coníferas.
Delicias de los montesHDS
La seta de cardo
La seta de cardo es típica de la época otoñal. Brota rápidamente después de las lluvias y es frecuente encontrarlas entre los meses de octubre y diciembre. Su comestibilidad es excelente y su sabor es suave y ligero. De nombre científico Pleurotus eryngii, su carne es blanca y compacta. El sombrero tiene entre 5 y 10 centímetros de diámetro, convexo y más tarde aplanado, de color amarronado. En cambio su pie es de color blanco, así como su interior. La seta de cardo debe su nombre a que es habitual encontrarla en terrenos donde también hay cardos silvestres. Se trata de una de las setas que más se busca en Castilla y León, que puede hallarse en praderas o grandes claros de bosques de la provincia de Soria.
Delicias de los montesHDS
El níscalo
Es de buen comer: ya lo dice su nombre científico, Lactarius Deliciosus. El níscalo se caracteriza por presentar un color anaranjado rojizo que tiende hacia un color pardo y verde. Su pie es corto y cilíndrico, con algunas manchas. Tiene un sombrero de entre 4 y 15 centímetros de diámetro, en el que aparecen círculos concéntricos. En la parte inferior del sombrero se pueden ver láminas delgadas, a veces manchadas de verde. Su carne es compacta y blanquecina y se torna enseguida de color zanahoria, con tonalidades verdosas. Tiene un olor agradable. Se le considera una de las setas más saludables gracias a sus propiedades y beneficios, ya que los níscalos aportan minerales y vitaminas y no contienen grasas, por lo que su consumo es recomendable. Crece en pinares jóvenes, en zonas húmedas y terreno arenoso y su mejor hábitat se sitúa en los bosques de coníferas.
Delicias de los montesHDS
El boletus
Boletus edulis o, simplemente, boletus. En Soria no tiene discusión: es una especie de lo más codiciada. Si las condiciones climatológicas son las adecuadas, crece desde finales de verano hasta finales de otoño y suele hacerlo en grupos de varios ejemplares algo dispersos. Lo podemos encontrar cerca de frondosas y coníferas. Estamos ante un hongo de sombrero grande, de ocho a 16 centímetros, aunque se han encontrado ejemplares de más de 35. Su tallo grueso, firme y macizo y de tonalidad clara lo hacen inconfundible. El boletus, también conocido como miguel, es muy valorado a nivel gastronómico, tanto en España como en otros países como Francia e Italia, sobre todo, donde se comercializa en numerosas presentaciones: en crudo, desecado, en aceite... Su carne es firme y compacta, blanca y de olor agradable. Su sabor, excelente, y es de las pocas especies micológicas que pueden consumirse en crudo. (Elaboración con el programa Micocyl, de la Junta de Castilla y León, y la Asociación Montes de Soria)